El municipio que aprendió a convivir con el cóndor de los Andes
Del 6 al 7
de agosto se realizará el I Festival Nacional de Cóndor de Los Andes, en el
municipio El Cerrito (Santander). En el evento se enseñará la importancia de la
conservación de la especie que está en vía de extinción.
El cóndor
de los Andes, el ave emblemática del escudo de Colombia y de mayor tamaño
en el mundo, tiene un futuro incierto en Sudamérica. En 1965 fue
declarado en extinción en Venezuela, en Bolivia no hay datos sobre la
especie y en Ecuador se cree que hay más de 100. En Colombia hay alrededor de 120 y de estos 60 son
reintroducidos ya que fueron criados en cautiverio en Estados Unidos.
Los cóndores
cumplen un papel muy importante en el funcionamiento del medioambiente. Son los
encargados de limpiar los ecosistemas
de los residuos o desechos orgánicos.
Por eso, del 6 al 7 de agosto de 2019 se realizará el I Festival de Cóndor de
Los Andes y I Festival de Identidad Cerritana, en el municipio El Cerrito, en
Santander. Cabe recordar que en enero de 2017 la ONG Neotropical, la
Pontificia Universidad Javeriana, la Cas y Corpoboyacá habían desarrollado
una primera edición del Festival del
Cóndor Andino en el municipio de Málaga,
capital de la provincia García Rovira.
“Nace como motivo
de celebrar el Día Nacional del Cóndor que
es el 7 de agosto. Queremos que las personas conozcan la importancia de este
animal y que, a la vez, aprendan a convivir con ellos de la misma manera en que
nosotros lo hicimos para que en un futuro enseñen a las próximas generaciones”,
dijo Doris Torres, representante de la Organización Campesina Coexistiendo
con el Cóndor, a El Espectador .
De las 120 aves de este tipo que hay en el país, se cree que en El Cerrito están cerca del 20%. La
mayoría de ellos ubicados en el Páramo
del Almorzadero. De acuerdo con la ONG Neotropical, el sitio es catalogado
como una zona de vuelo donde los cóndores pasan y descansan para empezar de
nuevo su recorrido.
A pesar de que el cóndor es un ave carroñera, es posible que
ataque a animales pequeños y recién nacidos. A raíz de esto se generó
un conflicto en la comunidad de El Cerrito. Desde 2014 la ONG Neotropical llegó
al municipio para empezar un proceso de educación con los campesinos.
“Les mostrábamos la importancia ecosistémica. Ellos son una especie carroñera que hacen frente a la
limpieza de los cadáveres
intensificando los procesos de descomposición. Ahora saben diferenciar a un cóndor
juvenil de un hembra o macho. Conformamos grupos de guarda cóndores y les
enseñamos las técnicas de registro e información necesaria”, manifestó a este
medio Fausto Saénz, de la ONG Neotropical.
Sin embargo, durante la implementación del proyecto envenenaron cerca de cinco aves. El
caso más representativo fue el de noviembre de 2018. Dos animales, bautizados
como Illika y Dasán, fueron encontrados con signos de intoxicación y sin
capacidad de volar. Después de un mes de recuperación, los liberaron nuevamente
en el páramo del Almorzadero. Para
asegurar la subsistencia de los animales y poder rastrear su recorrido, a ambos
se les puso un dispositivo con GPS que les indica a los expertos sobre sus
vuelos y nidos.
“En un principio las personas no sabían convivir con los animales porque era una pelea constante. Los
campesinos se ponían bravos porque los cóndores se comían a las ovejas, así que
iniciamos un proceso de coexistencia
con ellos”, explicó Torres, representante de la Organización Campesina
Coexistiendo con el Cóndor.
Las autoridades desarrollaron procesos de educación ambiental no solo con la
comunidad adulta, sino también con los niños. En El Cerrito hay dos centros
educativos: la Escuela Normal Superior Sady Tobón Calle y la Institución
Educativa Jurado, que tiene 22 sedes educativas ubicadas en la zona rural del municipio.
“La mayoría de nuestra zona de influencia educativa tiene que ver con la flora y fauna del Páramo del Almorzadero. Nosotros empezamos una
cultura de conservación del páramo, los animales y sobre todo del cóndor”, dijo
a este medio Luz Mery Palacios, coordinadora de la Institución Educativa
Jurado.
Las sedes están conformadas por 26 docentes y 405 jóvenes, entre
los 5 y 17 años. “Ellos aprenden a reconocer y conservar el territorio de
manera armónica mediante la implementación de proyectos que sean amigables
y ecologistas”, explicó la coordinadora.
En la actualidad, la mayor parte de los campesinos conoce la importancia del cóndor. Algunos se
convirtieron en los guardianes de los animales, mientras que otros
implementaron nuevas maneras de convivencia entre las dos especies.
“Con cierta periodicidad le ponemos
carroña para minimizar los ataques pues aún se siguen presentando, pero a
una mínima escala. Nosotros reconocimos que también teníamos la culpa así que
hemos empezado a cercar las ovejas. Ellas
antes caminaban por todo el páramo y no teníamos un control. Ahora cuando están
en época de apareamiento las ponemos en una cerca para protegerlas”,
agregó Torres.
El I Festival del Cóndor será una
oportunidad para la comunidad de El Cerrito. Según la representante de la
Organización Campesina Coexistiendo con
el Cóndor, "es un símbolo nacional que vende mucho. Hemos empezado a
ver que llegan turistas que quieren ir a conocer, no somos turistas, pero vemos
que podemos hacerlo”.
Según Sáenz, a pesar de que la ONG Neotropical y otras autoridades ambientales llevan más de
10 años investigando sobre el cóndor de los Andes, hay muchas cosas que se
desconocen frente a la biología y conservación
de la especie. De acuerdo con Torres, "son un misterio, todo lo
que sabemos de ellos es porque nos permiten verlo".
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