Diez cadáveres desvelan la historia de inmigrantes europeos hace 3.600 años
El ADN extraído de huesos confirma que los filisteos,
enemigos acérrimos de los judíos según la Biblia, provenían del sur de Europa
Hace 3.000 años un soldado volvió del frente con 200
prepucios de enemigos muertos. Llevó los trofeos de guerra a su rey y este le
dio a cambio la mano de su hija, lo que le convirtió en el próximo rey de
Israel. Aquel soldado era un pastorcillo alistado a la guerra contra los filisteos, archienemigos de los judíos. Se
llamaba David y también había matado con su honda al filisteo más temible, el
gigantesco Goliat. Este relato es ficticio, lo cuenta el Antiguo Testamento.
Ahora, el análisis de ADN de
hombres, mujeres y niños filisteos de varias épocas ha desvelado su origen y ha
demostrado que su historia no pudo ser tan violenta, pues se mezclaron
totalmente con las poblaciones locales.
Los
restos mortales se han recuperado en Ascalón,
una ciudad portuaria cuyas ruinas están a unos 50 kilómetros al sur de Tel Aviv
(Israel). Un equipo de arqueólogos de varios países lleva excavando este
enclave filisteo desde 1985. Ascalón fue el principal puerto de la zona
y su población se contaba por miles. Aquí está la puerta con arco de acceso a
la ciudad más antiguo que se conoce, de unos seis metros de alto, según los
responsables de la excavación. En Ascalón se han recuperado cientos de cadáveres de cementerios, tumbas individuales y sepulturas
improvisadas en los sótanos de las viviendas. Los 10 de los que se ha
podido extraer ADN abarcan el periodo
entre hace 3.600 y 2.800 años, un momento de transición entre la edad del bronce y la del hierro en el que muchas
civilizaciones colapsaron.
Hasta
ahora se suponía que los filisteos eran un pueblo de migrantes de origen
desconocido. Las ruinas de sus ciudades muestran una arquitectura que recuerda
a la civilización micénica, la primera sociedad compleja que surgió en Grecia,
hace unos 1.600 años antes de la era actual. Unos jeroglíficos egipcios del 1.100 antes de la era común sugerían que
los filisteos habían llegado de “las islas”, habían conquistado Chipre, las
costas de Turquía y Siria, y pretendían arrasar Egipto. La Biblia hebrea sugiere que los filisteos venían de Creta. A esta
falta de datos exactos se suma un debate entre especialistas sobre si los
filisteos habían llegado a Oriente Próximo de otras zonas o simplemente se
trataba de una nueva cultura adoptada
sin necesidad de movimientos migratorios.
Ahora el ADN muestra que los filisteos de
Ascalón de épocas más antiguas tenían un perfil genético característico de las
poblaciones de “Europa del sur”. “Aún no tenemos muestras suficientes para
acotar más esa localización, pero esto incluye Creta, el resto de Grecia y la
Península Ibérica”, explica Michal Feldman, genetista del Instituto de Ciencia e Historia Max Planck en Jena,
Alemania, y primera autora del estudio, publicado este miércoles en Science Advances. El trabajo también muestra que, tras
su llegada, estos pueblos se mezclaron con las poblaciones locales hasta que en
apenas dos siglos su ADN europeo se
había “diluido” completamente.
El
prehistoriador del Max Planck Philipp Stockhammer, coautor del estudio,
reconstruye la historia de los filisteos de acuerdo con los datos genéticos y
lo que se sabía por datos arqueológicos.
“Entre los años 1.350 y el 1.200 antes de la era actual muchas sociedades se
vinieron abajo por razones desconocidas”, relata. “Pudo haber guerras, revueltas
de súbditos contra las élites, epidemias. La colaboración que había permitido
construir esas civilizaciones simplemente
desapareció. Fue el final de la era del Bronce. Esto provocó una oleada de
desplazados en busca de un nuevo lugar en el que vivir que a su vez pudo
ocasionar nuevos conflictos.
Probablemente
los filisteos eran gente de diferentes lugares, como lo son los actuales inmigrantes africanos que cruzan el
Mediterráneo, pero para las poblaciones de acogida eran todos iguales, todos
filisteos. Sí sabemos que tenían otra cultura, por ejemplo, comían cerdo, lo
que era tabú para los israelitas y otros pueblos locales. Lo que nos dicen los análisis de ADN es que la Biblia puede
estar diciendo la verdad, pues el ADN muestra que los primeros filisteos podían
venir de Creta u otras zonas de Grecia, aunque no es descartable que viniesen
de Cerdeña, Anatolia [Turquía], Italia o incluso España. Cuando los filisteos
llegaron a Oriente Próximo, hace unos 3.600 años, los israelitas eran aún
tribus pequeñas y poco poderosas. No fue una invasión. No tenemos claro cuán
diferentes eran culturalmente, pero sí que en unas pocas generaciones se
mezclaron mucho. Para cuando sucedieron las grandes batallas entre filisteos e
israelitas, en torno al año 1.000 antes de la era actual, ambas poblaciones
eran indistinguibles desde el punto de vista genético. Era una guerra entre iguales”, resalta.
Stockhammer
explica que este es solo el principio. Su equipo del Max Planck está estudiando cadáveres de otros
asentamientos filisteos cuyo ADN
podría concretar el origen de estas gentes.
“Es un
estudio muy interesante, pues confirma que existieron estas migraciones, algo
que algunos especialistas habían negado sin mucha base por cuestiones ideológicas”, resalta Carles Lalueza-Fox,
genetista del CSIC. “Gracias al estudio genético se prueba que las migraciones
de los llamados pueblos del mar, lo que incluye a los filisteos, fueron un
motor de cambio cultural”, añade.
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