¿Nos gusta el café o la cerveza por una cuestión genética?
A muchos deportistas les
encanta tomar café antes de ir a entrenar y una cerveza fresquita al llegar a
casa. Quizá algunos lo tengan como un hábito y nunca se han planteado qué es lo
que les impulsa a tener una preferencia por estas dos bebidas. Parece que la
respuesta no tiene nada que ver con el gusto, sino más bien por la manera en la
que te hacen sentir.
Granos de café, muestra.
¿Por qué nos decantamos por el café o la cerveza?
Un reciente estudio, publicado en Human Molecular Genetics, asegura que
esto podría reducirse a la genética,
pero no a los genes que influyen en la manera en que percibes el gusto. Los
investigadores encontraron una relación entre la genética y las propiedades
psicoactivas de las bebidas (la forma en que las bebidas te hacen sentir).
En la investigación, las bebidas
se dividieron en sabor amargo (cerveza,
café, té, zumo de pomelo, licor y vino tinto) y sabor dulce (zumos
de uva, bebidas azucaradas y bebidas endulzadas artificialmente). Los
investigadores contaron con la participación de más de 330.000 personas del
Reino Unido, las cuales informaron sobre el consumo que tenían de bebidas a lo
largo de 24 horas. Después, estudiaron sus genes
para ver si existía algún vínculo entre ellos y la preferencia por una bebida
amarga o dulce.
Como resultado se encontró que la preferencia por las bebidas amargas estaba relacionada con la genética, y no por el
gusto. Los factores genéticos que alteran la respuesta de una persona para
elegir cafeína o alcohol, probablemente sean los que lleven a alguien a tomar
esa bebida como un regalo, en lugar de por disfrutar del sabor. Es decir, se
produce una respuesta
positiva en las propiedades psicoactivas de las bebidas amargas como la cerveza y el
café, por ejemplo, ya que les hacían sentir más enérgicos y los motivaba a
llenar las tazas. Es como si tuvieran un efecto estimulante: aunque no te guste su sabor, sí te gusta la manera en
la que te hace sentir.
¿Por qué hay personas que toleran una mayor cantidad?
Por lo general, las personas
tienden a evitar las cosas amargas: cuando algo es amargo, normalmente es una
advertencia para evitarlo. De hecho, nuestros antepasados lo asociaban con
poder ser venenoso.
No
obstante, cuando nos referimos a bebidas amargas como el café y la cerveza, el poder de cómo nos influyen y nuestra genética entra en juego. Por ejemplo,
las personas que metabolizan la
cafeína rápidamente tienen más probabilidades de consumir
una mayor cantidad, y no necesariamente porque disfruten de su sabor, sino
porque quieren aprovecharse de los efectos de la cafeína.
Sorprendentemente, se supo que
las personas con una variante en el gen FTO (relacionada
típicamente con un menor riesgo de obesidad) suelen preferir bebidas endulzadas con azúcar, lo que parece algo ilógico. Las
bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos de cola, están cargados de
azúcar y cafeína, y no tienen el sabor amargo del café, aunque sí tienen los
mismos efectos psicoactivos. Así que puede aportarte la misma carga de energía.
Es posible que las personas
con esta variante genética puedan
engancharse a los efectos de la cafeína con mayor facilidad, y a una edad más
temprana, antes de empezar tomar el café más amargo. A pesar de que la variante
genética está relacionada con menores posibilidades de padecer obesidad, seguir
consumiendo demasiadas bebidas azucaradas para obtener la misma carga
energética puede poner en riesgo de aumento de peso y los problemas de salud que esto conlleva.
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