Un banco genético para acabar con la impunidad en Colombia.
Desde sospechosos hasta condenados serán incluidos en esta base de datos que ya funciona en el país, aunque con varios vacíos, que la Fiscalía quiere resolver con un proyecto de ley. Además busca crear otro ambicioso sistema para identificar a los colombianos con el ADN en lugar de la huella dactilar.
El laboratorio de genética de Medicina Legal de Bogotá guarda el Codis nacional de personas procesadas. / MEDICINA LEGAL. |
Hace dos años, los peritos del laboratorio de Medicina Legal quedaron atónitos al conocer la noticia. La saliva y el semen muestreados en varias mujeres violadas en la ruta de Cali a Palmira coincidía con el perfil genético de un modelo caleño investigado por la Fiscalía. El hombre, conocido por su escultural cuerpo como Míster Colombia 2013, fue capturado bajo el peso de al menos diez denuncias. Sus muestras biológicas, cruzadas con miles de pruebas genética que guarda el Estado, lo delataron.
Ese método es la esperanza científica de Néstor Humberto Martínez, fiscal general de la nación, para acabar con la impunidad, un problema que deja el 99 % de los crímenes del país sin resolver. Su idea, palabras más palabras menos, es legalizar el banco genético de personas vinculadas a procesos judiciales que ya funciona en el país.
Esa base de datos está inspirada en el Codis, un software diseñado por el FBI en 1998, que contiene el mayor número de perfiles genéticos en el mundo. Estados Unidos ha donado esta herramienta a más de 50 países. En 2002 llegó a Colombia y con base en su tecnología los laboratorios de genética de Medicina Legal, la DIJIN y el CTI han construido dos bancos, independientes entre sí. El primero y más famoso está encargado de buscar desaparecidos. Gracias a esta herramienta, hace cuatro años, se identificaron los restos de nueve víctimas del Palacio de Justicia.
El segundo es una especie de lista de Excel en donde se incluyen por orden judicial a personas sindicadas por casos específicos. Se estima que contiene más de 15.000 perfiles genéticos, el 90 % de ellos de agresores sexuales y el resto de personas incriminadas por delitos contra la vida.
Pero sus búsquedas se dan a medias, porque la mayoría de población carcelaria no está registrada. Los expertos no saben si almacenar o no el ADN de culpables por otro tipo de crímenes como narcotráfico, corrupción o hurto y siempre se enfrentan al dilema de incluir o no a los menores de edad. Ese manejo es lo que pretende regular Martínez.
No nos estamos inventando la rueda.
El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, insiste en que esta metodología ya existe. “Solo que no tenemos un banco porque no existe una ley. Ahora tomamos muestras de una escena del crimen, extraemos el ADN de huellas de sudor, cabello, piel o saliva, ni siquiera necesitamos sangre”, explica el funcionario.
De esas pruebas, los peritos de genética toman 16 marcadores en casos de criminalística y 25 para asuntos de identificación de desaparecidos.
Cada marcador genético tiene diferente cantidad de números: la mitad provienen del padre y la otra mitad de la madre. De ahí se analizan los fragmentos de ADN que se repiten muchas veces de forma consecutiva, llamados STR (Short Tandem Repeats, en inglés). Eso nos hace singulares.
La intención es almacenar estos códigos (constituidos en pares de números) dentro de un banco para que el software actúe: cruce la información con los otros perfiles registrados y arroje coincidencias. Este proceso se haría con todos los colombianos que resulten, incluso, sospechosos de un delito.
De manera que el banco, contando las estadísticas del INPEC sobre detenidos actuales, escalaría hasta 27.000 perfiles genéticos. Un abanico de posibilidades para encontrar culpables. Pero según el médico genetista Ignacio Zarante, esto es riesgoso.
¿La razón? Porque “una muestra biológica me indica una probabilidad alta o baja de que pertenezca al agresor, pero no con el b100 % de seguridad”, sostiene el científico.
Valdés, por su parte, asegura que la genética trabaja con mínimos aceptables. En sus palabras, “la posibilidad de que el perfil genético A corresponda con el B es una entre tres billones, y tres billones no hay siquiera en el planeta Tierra. Eso te da confianza en el resultado”.
Condenados al banco genético
Una de las reglas que se ha definido es que el banco será modificable. Cada vez que prescriba un delito, el perfil de la persona incriminada se borrará del archivo. Igual si un sospechoso queda fuera de una investigación.
La importancia de esto es la susceptibilidad de su ADN, ya que por medio de la información genética se pueden hacer no solo pruebas de paternidad, sino también identificación de enfermedades hereditarias. “Las reglas del juego deben estar claras, porque imagínese lo que sucedería si llega a manos de una aseguradora”, advierte Zarante.
No obstante, confiando en la intención del Estado, el objetivo es resolver delitos, y un banco genético podría ser el remedio para tratar criminales con conductas reincidentes, como suele suceder en los casos de abuso sexual y violencia contra la mujer.
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