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Antioquia y Cundinamarca lideran investigación biomédica en el país

En estos departamentos se concentra el mayor número de centros de investigación del país certificados por el Invima en “Buenas prácticas clínicas”. Antioquia desarrolla el 36 % de los proyectos financiados por el Fondo de Investigación en Salud (FIS).

En Antioquia y Cundinamarca se concentra la mayor parte de los centros de investigación certificados por el Invima en "Buenas prácticas clínicas". Foto: Archivo Unimedios
La mayoría de los 119 centros de investigación certificados se encuentra en la Región Andina y en las costas. Cundinamarca lidera el listado con 40, seguido de Antioquia con 23, Atlántico con 12, Valle del Cauca con 9 y Santander con 8, según cifras presentadas por Francisco Sierra, director de Medicamentos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). 

El funcionario y Laura Pineda, coordinadora del Grupo de Investigación Clínica de la misma entidad, fueron invitados al conversatorio “Innovación e investigación biomédica en Colombia”, organizado por el Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), evento que también contó con la participación de la profesora Claudia Vaca, del Departamento de Farmacia de la Institución. 

Durante su intervención la profesora Vaca se refirió a los avances preliminares de la investigación que adelanta el Centro de Pensamiento acerca del panorama de la innovación en salud pública del país y las políticas que determinan las prioridades de lo que se está estudiando. 

Dicha investigación está ligada a la iniciativa del Centro de Pensamiento de preparar unos memorandos de política pública para el nuevo Gobierno nacional, alrededor de temas como el acceso a medicamentos y la investigación clínica. 

La idea surge de la preocupación global acerca de qué tanto está respondiendo realmente el modelo de investigación y de innovación a las necesidades del planeta, o, por el contrario, qué tanto está generando distorsiones sobre el acceso y los precios. 


La profesora Vaca señaló que entre 2010 y 2017 se financiaron 595 proyectos y programas de investigación por un monto de 200.000 millones de pesos provenientes del FIS, creado por la Ley 643 de 2001, que establece que de las rentas del monopolio se debe garantizar una destinación específica para investigación en salud. 

Desde 2014 estos recursos son asignados por un comité presidido por el viceministro de Salud, y en el que participa el director de Colciencias, entidad que hace la secretaría técnica, y algunas otras divisiones del Ministerio de Salud y Protección Social. 

Aunque para asignar los recursos no se llevan a cabo convocatorias según prioridades demográficas previamente establecidas, entre los proyectos financiados se destacan las investigaciones dirigidas a primera infancia y vejez, según explica la profesora Vaca. 

También se destacan los proyectos relacionados con enfermedades transmisibles, infecciosas bacterianas como la tuberculosis y tropicales como leishmaniasis, lo cual contrasta con la información del Invima acerca de las enfermedades hacia las que se enfocan los estudios clínicos que están llegando al país, que siguen las tendencias del mercado de poner a disposición medicamentos para el tratamiento del cáncer o las enfermedades de tejidos conectivos como la artritis. 

Gracias a una búsqueda cruzada de los últimos cinco años en bases de datos nacionales, la investigación del Centro de Pensamiento identificó 188 productos de investigación biomédica en el país, 10 dirigidos a enfermedades transmisibles no tropicales, 2 a malaria, 2 a leishmaniasis, 7 a cáncer, 57 relacionadas con otras enfermedades (cardiovasculares, abuso de drogas y Alzhaimer) y 110 dirigidas a divulgación y construcción de capacidades, no relacionadas con medicamentos o tecnologías de salud. 

Entre estos proyectos se seleccionaron los 10 casos más interesantes según criterios de un grupo de expertos, con los que se continuará la investigación para caracterizarlos e identificar factores como sus fuentes de financiación, modelos de colaboración de conocimiento o su integración con otras redes de investigadores nacionales y mundiales.

FUENTE: UNIMEDIOS

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