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Jaguar, genes y conservación


El jaguar está considerado una especie vulnerable y su número de individuos se halla en declive. Para diseñar planes de conservación del felino resulta decisivo conocer su variabilidad genética y el grado de aislamiento de sus poblaciones.
Las aplicación de marcadores moleculares y diversos procedimientos estadísticos han demostrado que las supuestas razas de jaguares, basadas en criterios morfológicos, no se corresponden con la realidad. 
El jaguar goza todavía de una buena salud genética, aunque para la conservación de la especie conviene frenar la fragmentación de su hábitat.




Estudios genéticos: 

La herramienta más poderosa para determinar cuántas unidades evolutivas existen en el mundo de los jaguares, y comprobar así la veracidad de las subespecies descritas, se basa en el análisis de marcadores moleculares. Se trata de genes, o fragmentos de genes, que permiten distinguir individuos o poblaciones. La técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) ha permitido estudiar especies de las que es muy difí- cil obtener muestras del animal vivo, como es el caso del jaguar (para el análisis, basta con disponer de pelos, manchas de sangre, trozos de huesos o excrementos del animal). Hasta el presente, solo se han realizado unos pocos trabajos desde esta perspectiva con el jaguar, pero los resultados han arrojado luz sobre la evolución molecular del felino. Además, los nuevos datos han ayudado a dilucidar la salud genética de la especie, lo que reviste una enorme importancia para el desarrollo de estrategias de conservación. Entre los marcadores moleculares que se han aplicado al estudio de los jaguares destacan los microsatélites (STRP, de short tandem repeat polymorphisms), pequeños elementos repetitivos de ADN que contienen tándems de 1 a 6 pares de bases. 

Estos marcadores, que normalmente corresponden a regiones no codificantes, se caracterizan por ser muy abundantes en el genoma de los eucariotas, presentar una distribución aleatoria y ser sumamente polimórficos. Debido a que el nú- mero de tándems es muy variable entre los individuos de una especie dada, los microsatélites son extremadamente útiles para diferenciar individuos y para determinar las relaciones de parentesco e, incluso, las relaciones filogenéticas entre especies próximas.

Cuando se analiza la diversidad genética del ADN mitocondrial se obtienen resultados semejantes a los hallados con el estudio de los microsatélites. Los jaguares examinados en nuestro laboratorio presentan una alta diversidad nucleotídica (el equivalente de la heterocigosis) en tres genes mitocondriales: NADH5, un 8 por ciento; 16S rRNA, un 4 por ciento, y ATP8, un 9 por ciento. (Los valores de heterocigosis para los microsaté- lites no se pueden comparar directamente con los de diversidad nucleotídica mitocondrial, porque la primera se basa en el ADN diploide del núcleo, mientras que la segunda lo hace en el ADN haploide de las mitocondrias.) 

Por lo tanto, en conjunto, los jaguares se caracterizan por una gran variabilidad genética, no solo por lo que respecta al genoma nuclear, sino también al mitocondrial. Los datos resultan alentadores para la conservación del jaguar, ya que las especies con De las pieles de jaguares cazados en diversas poblaciones indí- genas, el autor obtuvo pequeñas muestras de tejido destinadas al análisis genético. En la imagen, piel procedente de la Amazonía boliviana (Rivera Alta, río Beni). Junio 2013, InvestigacionyCiencia.es 7 elevada variabilidad genética poseen mayores posibilidades de supervivencia ante cambios externos o ambientales.

Marcadores moleculares:

Estudio genético del jaguar: microsatélites de ADN Algunos conocimientos importantes para orientar la conservación del jaguar, como la diversidad genética de las poblaciones o los cambios que ha experimentado la especie a lo largo del tiempo, pueden estudiarse mediante la aplicación de marcadores moleculares, como los microsatélites del ADN nuclear. Estos están formados por secuencias repetitivas de ADN que se hallan constituidas por tándems de 1 a 6 pares de bases. El número de tándems es muy variable entre los individuos de una especie dada, por lo que los microsatélites resultan muy útiles para diferenciar individuos y para determinar las relaciones de parentesco entre ellos. 


Una vez se ha establecido el genotipo de todos los animales, se procede a realizar los análisis matemáticos derivados de la teoría genético-poblacional que permiten determinar las características de las distintas poblaciones y conocer la evolución de la especie a nivel genético. 

Globalmente se puede concluir que, desde el punto de vista genético, el jaguar es una especie todavía rica y que no ha sufrido las consecuencias adversas de la deriva genética en poblaciones pequeñas o de los cuellos de botella que caracterizan a muchas especies silvestres debido al impacto negativo de los humanos. Eso abre una luz de esperanza para el futuro de esta formidable especie. Pero es necesario que se conserven amplias áreas de selva inalterada, con abundantes corredores entre ellas, en la América Latina para que el jaguar pueda seguir siendo su más conspicuo depredador.





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