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Compuestos del chontaduro prevendrían alzhéimer y otras enfermedades

De la pulpa del chontaduro se obtienen carotenoides, pigmentos orgánicos que pueden ser útiles en la quimioterapia y en la prevención de enfermedades cardiovasculares y degenerativas como el alzhéimer.


Para optimizar el proceso de extracción en tiempo, costo y eficacia, Jairo Alonso Velásquez-García, estudiante de pregrado en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, combinó dos tecnologías emergentes: el pretratamiento por ultrasonido y la extracción por dióxido de carbono supercrítico.

En su trabajo investigativo el estudiante estuvo acompañado de Deivis Gutiérrez, estudiante de maestría en Ingeniería Agroindustrial, y de los profesores Hugo Martínez y Margarita Andrade de la Facultad de Ingeniería y Administración de la misma Sede.

Entre los carotenoides que se extraen se destacan el betacaroteno –precursor de Vitamina A que beneficia el sistema inmune y la visión– y el gamma caroteno, que contribuye a la quimioprotección y a la prevención de enfermedades cardiacas.

Para combinar las tecnologías emergentes, los chontaduros se lavan, desinfectan y cocinan para separar el mesocarpio (la pulpa), y luego se secan y muelen para obtener harina.

Después se hace el pretratamiento por ultrasonido, fase en la que se da la cavitación, procedimiento mediante el cual se van formando burbujas dentro de las células hasta que estas explotan y liberan su contenido.

Los académicos encontraron que este proceso favorece la funcionalidad del extracto obtenido y disminuye el tiempo de la extracción en un 37 %, por lo cual se gasta menos dinero en solventes.

En seguida se lleva a cabo la extracción de los compuestos benéficos con dióxido de carbono supercrítico, fase también más económica y que no genera residuos contaminantes.

“Todavía algunos investigadores usan solventes orgánicos mientras aquí se están usando dos tecnologías emergentes para hacer una extracción más eficiente. Son métodos que ya se han aplicado por separado, pero nunca se habían combinado para ver su efecto sinérgico”, comenta el estudiante Velásquez-García.

En desarrollo del estudio también se encontró que los extractos benéficos del chontaduro pierden sus propiedades en un 70 % si se exponen a temperatura ambiente y a la luz. De ahí que los investigadores llamaron la atención sobre el uso potencial de los compuestos bioactivos del chontaduro (extractos benéficos) para extender la vida útil de productos como la mantequilla y el yogur, dado que estos se almacenan a bajas temperaturas y se protegen de la luz.

Este trabajo ocupó el tercer lugar en el Premio Larkin a la investigación de alimentos que se llevó a cabo en Bogotá entre el 2 y el 4 de noviembre.

Los investigadores decidieron trabajar con el chontaduro del suroccidente del país porque de allí se extrae el 80 % de la producción nacional.

Esta fruta se cultiva en zonas tropicales húmedas de América, con altitudes inferiores a los 1.000 msnm, una precipitación anual de 2.000 a 5.000 mm y una temperatura promedio de 22 °C.

FUENTE UNIVERSIDAD NACIONAL

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