Más de 1.400 especies en primer inventario biológico del Bajo Caguán
Durante tres semanas monitorearon las
especies de peces, mamíferos, reptiles y aves de la zona.
Se
hallaron 17 especies de murciélagos.
Foto: Diego Lizcano,
TNC-Colombia
Científicos
de 25 organizaciones nacionales e internacionales, liderados por el Museo de
Historia Natural de Chicago (Estados Unidos), presentaron este jueves los
resultados del primer inventario rápido, tanto social como biológico, que se hace en el Bajo Caguán- Caquetá. La firma de
la paz con las Farc da pie a estos
manjares de investigación, antes impensables en el marco del conflicto armado.
En el
departamento más deforestado de Colombia
–donde el año pasado se perdieron 26.544 hectáreas de bosque natural–, dos
ríos atraviesan la planicie enorme y
tupida de selva, ubicada entre la cordillera de los Andes y la serranía de
Chiribiquete: el Caquetá y el Caguán. La región entre ambos afluentes
conserva el 90 por ciento de su cobertura
forestal intacta, aunque con una amplia baraja de amenazas.
“Hay
baja gobernabilidad, acaparamiento de tierras, presencia creciente de
grupos armados que están reciclando nuevos escenarios
de violencia, hay una definición de nuevas rutas que se están identificando
como estratégicas para el narcotráfico, y hay presiones de extracción ilegal de madera y minerales”, advierte Rodrigo Botero,
director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible de la
Amazonia (FCDS).
El
equipo biológico y social que trabajó en el primer inventario rápido en el Bajo
Caguán-Caquetá
Foto: Álvaro del Campo, The Field Museum
Los
expertos sobrevolaron primero la zona para identificar cuáles serían los puntos
de mayor interés a estudiar, con la colaboración y guía de las comunidades indígenas y campesinas que
habitan el territorio. En tres semanas lograron registrar 1.436 especies, entre plantas
vasculares, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Se encontraron
con un paisaje amazónico megadiverso,
de suelos pobres, pero de vida silvestre
abundante, con un dosel continuo y ecosistemas acuáticos saludables que aún
sirven como corredor biológico natural
entre los Parques Nacionales Naturales La Paya y Chiribiquete.
“Es la
última esperanza que le queda a Colombia para frenar los frentes de
deforestación tan intensos que hay en la zona y mantener la conectividad entre
ambas áreas protegidas. Los resultados deben ser usados por los tomadores
de decisión”, dice Corine Vriesendorp, ecóloga conservacionista del Museo Field
de Historia Natural, y quien hizo parte de la expedición.
“Es la última esperanza que le queda a Colombia para frenar los frentes de deforestación tan intensos que hay en la zona y mantener la conectividad entre ambas áreas protegidas”
Paujil,
una de las 400 especies de aves que se registraron en la zona.
Foto: The Field Museum
Durante
el trabajo de campo, los expertos en
plantas observaron principalmente dos tipos de vegetación: bosques de tierra
firme (más del 80 por ciento) y bosques de planos inundables. Recorrieron entre
6 y 12 kilómetros diarios de trocha por cada campamento, hicieron colectas de
750 especies (con flores y/o frutos), un listado con algunas de las
características que hallaban a simple vista e hicieron un registro fotográfico de
cada una.
El equipo de peces tomó muestras en caños,
ríos y lagunas, registrando 150
especies, 63 de ellas ornamentales, 19 de consumo humano y 7 potencialmente
nuevas para la ciencia (nunca antes
vistas en el mundo).
Los
científicos proponen crear una figura de protección, conservación y manejo de
793,640 hectáreas de carácter regional en el Bajo Caguán-Caquetá.
Foto: Álvaro del
Campo/The Field Museum
Los
científicos que estudiaron anfibios y reptiles, encontraron 15 lagartos,
19 serpientes, 2 caimanes y 6 tortugas, además de 2 nuevas especies para Colombia (la rana de cristal y la rana
arborícola). Pero también se hallaron animales tan raros o poco conocidos como
el sapo cornudo, la rana bocona cornuda, la rana fluorescente y la coral.
Amplios
también fueron los resultados del equipo
de mamíferos, quienes caminaron 314 kilómetros diarios. Los investigadores
colocaron 42 cámaras trampa que registraron 41 especies (10 de primates) y 17
especies de murciélagos. Jaguares, pumas, perros de monte, lobos de río,
cerrillos, venados rojo y gris, armadillos, osos palmeros, dantas y
puercoespines fueron algunos de los animales vistos.
Primer
inventario rápido
|
Aunque
el Bajo Caguán hace parte del territorio ancestral de los pueblos
indígenas carijona y coreguaje, gran parte de sus actuales habitantes llegaron
de otras zonas de Colombia durante los últimos 120 años.
Eventos
históricos como el boom cauchero en la frontera entre Perú y Colombia, la
época de la violencia en la década de los 40 cuando campesinos del centro del
país salieron desplazados a buscar
tierras donde asentarse, un proceso de colonización militar en La Tagua, o el
auge de la coca en la década de los 80, fueron marcando el vivir de las
comunidades.
Con el
objetivo de conocer las visiones que indígenas y campesinos tienen sobre el
territorio, los investigadores trabajaron a partir de estos pilares: reconocer
los saberes de la gente, reconstruir la memoria
histórica, realizar cartografía social, e identificar las fortalezas y
amenazas comunes.
Actualmente,
las actividades económicas en estas veredas se basan en la producción agrícola
de manera tradicional con cultivos de pancoger y en la ganadería extensiva.
Foto: Álvaro del Campo/
The Field Museum
El
avance rápido de la deforestación, una
falta de seguridad jurídica sobre la tierra y poca claridad sobre los linderos,
una marcada desarticulación entre las entidades del Gobierno, falta de control
y conocimiento sobre el aprovechamiento de los recursos naturales, y una gran incertidumbre sobre la
implementación de los acuerdos de paz, fueron las principales amenazas que
1.500 personas consideran.
Actualmente
el paisaje tiene cuatro figuras de ordenamiento territorial: Resguardos
indígenas, Reserva Forestal de Ley 2° de 1959, Área sustraída de la Reserva
Forestal y Parques Nacionales Naturales.
Solo está permitido el asentamiento humano en zona sustraída y en resguardos.
Principales recomendaciones de los expertos
- Realizar saneamiento predial de la región (catastro rural multipropósito).
- Crear una figura de protección, conservación y manejo de 793.640 hectáreas de carácter regional en el Bajo Caguán-Caquetá, en estrecha coordinación con la población local.
- Desarrollar un modelo de co-gestión y co-administración del área entre las autoridades ambientales gubernamentales y la población local.
- Buscar y asegurar financiación a largo plazo para el área.
- Implementar los Acuerdos de Paz, priorizando la reforma rural integral.
TATIANA
PARDO IBARRA
En
Twitter: @Tatipardo2
tatpar@eltiempo.com
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