El Instituto de Infertilidad aplica el 'big data' para conseguir el embarazo
La fundación de investigación del IVI analiza millones de datos para personalizar tratamientos
El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha abierto el campo de la bioinformática a la reproducción asistida. Una de las investigaciones más relevantes que está llevando a cabo en estos momentos se dirige a la personalización de los tratamientos utilizando el big data. “Se basa en el análisis matemático de los millones de datos de la información clínica que tenemos para crear perfiles genéticos que permitan ajustar tratamientos y mejorar resultados. Responder al porqué a un paciente con un determinado perfil le conviene más un tipo de tratamiento que otro e identificarlos” explica Nicolás Garrido, director de la fundación de Investigación IVI. Es un estudio pionero en este ámbito que se ha puesto en marcha en febrero de este año. Los investigadores del centro valenciano, en colaboración con la Universidad de Granada, están realizando un perfil genético masivo de hombres que no tienen esperma para evaluar genéricamente que alteración tienen.
La fundación cumple 20 años y lo hace trabajando en más de 300 proyectos que abarcan todos los ámbitos de la reproducción asistida. Algunos tan avanzados como el de la biología de las células madre y la ingeniería tisular. Una de las investigaciones más punteras consiste en descelulalizar y recelularizar el útero para evitar acudir a la subrogación. “Extraemos el órgano como un molde, lo lavas con detergentes especiales y te quedas con la estructura para rellenarla con células madre que has derivado en células de endometrio”, explica Irene Cervelló, investigadora del proyecto. “El objetivo es evitar el rechazo del órgano al ser células de la propia paciente”. De momento se han conseguido buenos resultados en animales, y en un par de semanas publican la investigación en la revista especializada Biology of Reproducction.
Desde 2006 los científicos trabajan en producir óvulos y espermatozoides partiendo de células madre. Es otro de las investigaciones abiertas. En el caso del grupo IVI, casi la mitad de las parejas que acuden con problemas para la reproducción requieren de una donación. “ En el centro pensamos que con las donaciones no estamos solucionando el problema, lo estamos parcheando”. La mejor opción es que sea el propio paciente quien genere el óvulo o los espermatozoides, apunta Garrido, “ es a largo plazo porque nos encontramos con dificultades técnicas infinitas”. Hay un grupo japones, el más importante en este campo, que han conseguido generar gametos en ratones y conseguir una prole sana, “ nosotros estamos con los primeros experimentos”, puntualiza Irene Cervelló.
La fundación funciona como una clínica más del grupo IVI. Tiene un núcleo central en el parque científico de Paterna, desde donde se computa y se gestiona los proyectos. “Se orienta, se obtienen recursos de uso común y donde se tiene toda la infraestructura al servicio de cualquier investigador que trabaje en cualquier de nuestras clínicas del mundo” explica su director. La idea principal que rige este organización es que cualquiera de sus trabajadores con perfil biomédico, entre 600 o 700 trabajadores, es investigador en potencia “ con lo cual tocamos el ámbito de la medicina, la farmacia, la informática, la psicología en la reproducción, la enfermería, la biotecnología, la bioquímica, incluso la veterinaria. Toda la actividad asociada directa o indirectamente a las técnicas de reproducción asistida”, señala el responsable del centro de investigación.
Entre los avances médicos que estos años han salido de la fundación encontramos la validación de la vitrificación de óvulos, el incremento en la receptividad del endometrio, el diseño de técnicas de selección embrionaria con Time-lapse, y el desarrollo de test genéticos para determinar 600 enfermedades genéticas evitables.
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