La Nasa premia a antioqueña por su aporte a misiones espaciales
Por sus aportes para garantizar la vida y seguridad de los astronautas en el espacio, Sara Rengifo Álvarez, ingeniera mecánica de Eafit, recibió de parte de la Nasa el premio Space Flight Awareness Trailblazer Award, en Huntsville (Alabama), Estados Unidos.
“Este premio lo entregan directamente los astronautas como una manera de decirle a quienes lo reciben: ‘Gracias por llevarnos y traernos de vuelta sanos y salvos’. Por eso me siento muy feliz y orgullosa de mi trabajo y de poder contribuir con mis conocimientos y experiencias en esta área”, expresó Rengifo.
La eafitense lidera los laboratorios de Tribología y Metrología del Marshall Space Flight Center,
los mismos que brindan soporte a proyectos como la creación del cohete
que llevará al hombre a Marte, o que hacen posible la vida de los
astronautas en la Estación Espacial Internacional.
Harrison Schmitt, senador de los Estados Unidos y el último astronauta vivo en pisar la Luna;
Rex J. Walheim, reconocido por sus más de 566 horas en el espacio; y
Jody Singer, directora del Marshall Space Flight Center de la Nasa, con
sede en Huntsville (Alabama), fueron los encargados de entregar el
pasado 16 de julio el reconocimiento a la antioqueña. Rengifo
con cerca de tres años de recorrido en esta agencia se ha destacado por
sus contribuciones a la seguridad de los astronautas durante sus
misiones.
“Otro de los proyectos que ayudamos a soportar es el Enviromental Control and Life Support System (ECLSS), que se encarga de reciclar el vapor, el sudor o la orina para hacer posible la vida de los astronautas en la Estación Espacial Internacional”, explica Sara.
La antioqueña dice que su labor le
permite conocer en profundidad, tanto los laboratorios como la gestión
administrativa en esa sección de la Nasa. “Por eso me encanta mi trabajo.
Porque tengo la posibilidad de estar en esos dos mundos y de
relacionarme con muchos de nuestros clientes. En el futuro espero
enfocarme aún más en temas de liderazgo”, asegura. Aunque
recuerda que sus primeros años de estudio fueron difíciles, destaca que
aprendió a perseverar, a no rendirse frente a las dificultades y a
seguir luchando por convertirse en un ejemplo para las mujeres que quieren destacarse en el campo de la ciencia.
“Estoy segura que esa combinación entre el pensamiento ingenieril, lo administrativo y lo ético es lo que me ha permitido desarrollarme profesionalmente y tener éxito en este lugar”, concluye.
Fuente: El Colombiano
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