Modelos matemáticos predicen deslizamientos en zonas cafeteras
El sistema proporciona predicciones puntuales para áreas de 100 m2 y determina cuáles son los principales factores que inciden en los deslizamientos de las fincas dedicadas al cultivo de café.
En estas zonas los riesgos son mayores debido al importante predominio de pendientes y a temporadas de lluvias intensas. Fotos: Luis Salazar |
“Se trata de una herramienta cuantitativa importante para la prevención ante pérdidas que pueden sufrir las personas, los animales, las fuentes hídricas, los cultivos y las vías”.
Así lo afirma
Luis Fernando Salazar Gutiérrez, candidato a doctor en Ciencias Agrarias de la
Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, quien adaptó e integró un
modelo probabilístico y otro de base física para determinar la susceptibilidad
(qué tan probable es que se presente) y la amenaza (cuándo podría ocurrir) de deslizamientos
en lugares específicos.
Para la
investigación se tomaron como referencia registros de lluvias entre 1999 y
2000, y datos hasta 2016 sobre deslizamientos, pendiente y tipo de suelo, entre
otras variables correspondientes al área de influencia de la quebrada La Mica,
en el municipio de Pácora (Caldas).
A partir de
esta información se crearon los modelos de simulación probabilística y física
que predijeron la incidencia de los deslizamientos, para lo cual también se
realizaron muestreos de suelos en campo mediante el programa R y la técnica de
teledetección óptica LIDAR.
Al comparar
los resultados que mostraron los modelos frente a la realidad, se comprobó que
el sistema alcanzó un nivel de acierto del 74 %, tanto para
susceptibilidad como para amenaza en las diferentes áreas.
Obra del hombre
Según el
investigador, las principales causas de los movimientos de tierra pequeños son
las intervenciones humanas en obras como la construcción de carreteras y
algunas prácticas de producción agropecuaria.
Los riesgos
son mayores en las zonas montañosas que en otros lugares del país, debido al
predominio de pendientes y a temporadas de lluvias intensas, que en épocas como
las del Fenómeno de La Niña aumentan hasta en un 40 %. De hecho, entre
2015 y 2018 murieron 536 personas y 28.000 más resultaron damnificadas por
deslizamientos en territorios productores de café.
Según los
modelos, los nueve factores más relevantes frente a la susceptibilidad son: el
tipo de suelo agrícola; el tipo de roca que se encuentra bajo el suelo; la
geomorfología (si es valle, cima o fuerte pendiente, por ejemplo); la distancia
con respecto a fuentes hídricas; la distancia a fallas geológicas; la
proximidad a las carreteras; la curvatura del terreno; la dirección del flujo
de agua; y la altura sobre el nivel del mar.
Sin embargo, en relación con deslizamientos pequeños (que impactan sobre una superficie menor a los 450 m2), la acción humana es el principal factor detonante. “La construcción de carreteras, el establecimiento de cultivos con una gran cantidad de suelo sin cobertura vegetal y sin la presencia de árboles; y la ganadería extensiva son algunas de las prácticas que aumentan la susceptibilidad”, asegura el doctorando Salazar.
Árboles y
arvenses, protectores
Como medidas a
tomar que se pueden extraer de los resultados del modelo se destacan: destinar
exclusivamente para conservación aquellos predios en los se reporte mayor
probabilidad de amenaza, o, en caso de que sus propietarios dependan para su
sustento de la producción de esos terrenos, implementar prácticas
agroforestales.
Un ejemplo de esto es el establecimiento de cultivos en convivencia con árboles de diferentes alturas o estratos, pues así los suelos están protegidos del viento y la lluvia, que causan la pérdida de propiedades y le restan firmeza a la tierra. “Los árboles tienen raíces profundas que contribuyen a fijar el suelo y regulan los ciclos hídricos para que no haya excesos de agua”, explica el experto.
Otra
recomendación es no retirar las malezas (arvenses nobles) que no compiten por
nutrientes con los cafetales ni les causan daño alguno, para que los suelos no
queden “desnudos” ante procesos de degradación.
El doctorando afirma que “en estudios anteriores hechos en Colombia no se habían utilizado estos modelos para las zonas cafeteras ni se habían aterrizado para obtener un rango de probabilidades. En nuestro proceso, el propio modelo estadístico determinó el peso que tenía cada variable a la hora de calcular la susceptibilidad, cuando antes esta tarea estaba a cargo de un experto, de una manera más subjetiva”.
La
investigación, que sirvió como tesis de doctorado del investigador Salazar, fue
dirigida por el profesor Juan Carlos Menjivar Flores, de la U.N. Sede Palmira.
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