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En EE. UU., agradecidos con Colombia por lucha contra el alzhéimer

Los dos países vienen trabajando juntos, con familias de Antioquia, para encontrar un medicamento.

El médico Francisco Lopera ha llevado a cabo el estudio del alzhéimer hereditario desde la Universidad de Antioquia.
Foto: 
David Sánchez / Archivo EL TIEMPO
Inmensamente agradecidos con Colombia. Así se declararon científicos, políticos y empresarios estadounidenses que encabezan la batalla contra el alzhéimer durante un conversatorio este jueves organizado por el embajador de Colombia ante la Casa Blanca, Camilo Reyes, y que pretendía resaltar la estrecha cooperación de ambos países en lo que concierne a esta enfermedad.

En particular con la Universidad de Antioquia y un grupo de familias en este departamento que se han ofrecido como 'conejillos de india' en un programa que busca desarrollar una droga o vacuna que podría ser la clave para derrotar este terrible mal.
La colaboración para incentivar la búsqueda de una cura para este mal debería ser una prioridad en el mundo
En la charla estuvieron presentes el senador Roy Blunt y los representantes a la Cámara Tom Cole y Debbie Dingel, tres legisladores que le han metido al hombro a la iniciativa, empujando un presupuesto de más de US$ 15 millones de dólares para financiar el programa y su ejecución entre ambos países.

Así mismo, el director Instituto Nacional para la Salud de EE. UU. (NIH por su sigla en inglés), dr. Francis Collins, el director del Instituto Nacional para la Vejez, dr. Richard Hodges, y el Director del Instituto Banner para el Alzhéimer, Pierre Tariot.

El panel, que fue introducido por el director de UsAgainstAlzheimer’s -una fundación que se dedica a recaudar fondos y dar visibilidad al impacto de la enfermedad en cientos de millones de personas en el mundo, fue moderado por la reconocida comentarista de radio Diane Rehm, quien por décadas fue la estrella de NPR (National Public Radio).
Esta enfermedad no respeta fronteras, lenguajes o culturas y todos conocemos o hemos escuchado la historia de alguien conocido o familiar que padece alzhéimer. La colaboración para incentivar la búsqueda de una cura para este mal debería ser una prioridad en el mundo y por eso hoy nos reunimos para conocer de primera mano como EE. UU. y Colombia trabajando en conjunto para enfrentar este reto de salud que tiene un alcance nivel global
Dijo Reyes al iniciar el evento.

La historia se remonta a hace más de dos décadas cuando el neurólogo colombiano Francisco Lopera se topó con una familia en la que varios miembros habían desarrollado la enfermedad antes de los 50 años, lo cual es atípico pues esta enfermedad, que afecta la memoria, suele manifestarse en personas mayores de 60.

Intrigado por el caso, Lopera viajó a Yarumal, de donde era la familia, y encontró que muchas otras presentaban un cuadro muy similar.

En un trabajo que se tomó más de un lustro, Lopera y su equipo se pusieron en la tarea de construir el árbol genealógico de las familias, revisando archivos para determinar además las causas de muerte.

Lo que encontraron fue revelador. Las familias estaban todas conectadas y su origen se trazaba a la llegada a Colombia de un español quien ahora se cree fue quien trajo la enfermedad en la época de la Colonia.

Desde entonces, el 50 por ciento de todos los descendientes han desarrollado la enfermedad y en su mayoría muerto antes de cumplir los 50 años.

Para Lopera, esta tendencia dejaba claro que el alzhéimer era un enfermedad genética pero no podía demostrarlo. Eso cambio cuando conoció a un profesor de Harvard que se interesó en el caso y lo puso en contacto con genetistas en Estados Unidos.

Estos, tras realizar múltiples pruebas, descubrieron que todas las personas relacionadas a esta gran familia que padecían la enfermedad tenían una mutación en el cromosoma 14 y que probablemente esa era la causa.

Además, que cualquiera con esa mutación desarrollaría la enfermedad y moriría sin remedio a una temprana edad.

Aunque para las familias el descubrimiento fue demoledor también dio paso a la esperanza.

La alta concentración del alzhéimer en ellos y la certeza de que los portadores de la mutación la desarrollarían, permitió a los investigadores comenzar a trabajar en una droga que si bien no repara el problema genético podría detener los efectos sobre el cerebro antes de que los daños ya sean irreversibles.

Por eso todos los miembros de la familia se ofrecieron como voluntarios para las pruebas, que implican exámenes periódicos a lo largo de 5 años.

Si el experimento da resultados, la droga o una variación de ella podría utilizarse para tratar otras expresiones de alzhéimer en el mundo entero y quizá hasta desarrollar una vacuna que podría aplicarse a toda persona con riesgo de contraer la enfermedad.

“Nuevas investigaciones, como las que se están realizando en Yarumal para tratar de entender los orígenes de mutaciones genéticas a través de generaciones son vitales para la lucha contra esta enfermedad. Por eso les estamos muy agradecidos a esta comunidad y a Colombia", sostiene Vradenburg.

Blunt, por su parte, dijo haber visitado el proyecto el año pasado y prometió seguir apoyando la iniciativa desde el Congreso de EE. UU., pues aún se requieren fondos para alcanzar el cometido.

Además de los US$ 15 millones que ha puesto el gobierno norteamericano, hay otros 15 millones que ha sido aportados por donantes y la industria farmacéutica. 

Si todo sale bien, en el 2022 se conocerán los resultados de las pruebas que actualmente se realizan en Yarumal y quizá, todos esperan, la cura que tanto aguardan las más de 200 millones de personas que hoy día sufren por causa de este terrible mal.

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