La colombiana que resguarda en Londres la colección más grande y antigua de mariposas del mundo
Se llama Blanca Huertas y dice que solo hay cinco personas que hacen lo mismo que ella. ¿Cómo fue que esta entusiasta de los insectos llegó a ocupar el prestigioso puesto de curadora en uno de los museos más importantes del planeta?
Huertas mostrándole mariposas de India a la expresidenta de ese país, Pratibha Patil. Foto: Getty Images. |
Blanca Huertas dice que, en todo el mundo, solo unas cinco personas hacen lo mismo que ella. Esta colombiana es la responsable de la colección más grande y antigua del mundo de mariposas en el Museo de Historia Natural de Londres, en Reino Unido, que cuenta con cinco millones de ejemplares.
Para ella, detrás de cada mariposa hay una historia fascinante.
Pero, ¿cómo fue que esta entusiasta de los insectos llegó a ocupar el prestigioso puesto de curadora en uno de los museos más importantes del mundo?
Esta fue la historia personal que Huertas compartió con el programa de radio de la BBC Outlook.
"Mi padre nació en el campo, en una zona montañosa de Colombia, así que siempre fue un entusiasta de la naturaleza y le encantaba ver programas de National Geographic y de la BBC. Solía llevarnos de viaje para visitar a la familia en las montañas. Nos llevaba a caminar por tres horas y al principio nos quejábamos, pero poco a poco creció el interés sobre lo que estaba pasando en esos lugares. Primero empecé a fijarme en las plantas. Así fue como comencé a recolectar pequeñas flores y hojas en nuestros paseos familiares. Veía también las mariposas, pero era difícil recolectarlas porque necesitas una herramienta para hacerlo. Entonces tenía unos 12 o 13 años y con mi familia armamos una red casera para atrapar mariposas, pues en Colombia era difícil conseguir ese tipo de equipo. Con el palo de una escoba, un pedazo de jean de mi hermano y unas cortinas de mi madre creamos nuestra propia red, con la que recolecté mariposas durante mucho tiempo. Recolectar plantas era, de alguna manera, una tarea fácil. Pero atrapar mariposas era un reto. No solo era la red, sino encontrarme con el problema de cómo preservar los insectos. A las mariposas hay que guardarlas en sobres, relajarles las alas, expandirlas, dejarlas que se sequen por un par de días y luego así estarán preservadas. Obviamente la belleza también me cautivó, porque hay una variedad muy amplia de mariposas en Colombia. Cada vez que vas a un nuevo hábitat allá ves algo completamente diferente, desde las pequeñas y marrones mariposas hasta las enormes y azules".
El amor de Huertas por las mariposas la llevó a la universidad en Bogotá, donde estudió Biología, y a expediciones con estudiantes de la británica Universidad de Cambridge a zonas remotas de la selva colombiana en búsqueda de nuevas especies. Mediante esta conexión, viajó a Reino Unido para estudiar y empezó a trabajar como voluntaria en el prestigioso Museo de Historia Natural de Londres. Pero encontró que vivir en Londres como una voluntaria sin salario no era tan sencillo.
"Cuando vine aquí (Londres) la primera vez trabajaba como voluntaria en las colecciones. Era mi sueño visitar esa gran colección, la más grande y más antigua del mundo. Me autofinancié la vida durante dos meses para quedarme en Inglaterra y comía barras de chocolate para desayunar y almorzar. La persona a cargo de la colección era mi héroe, como el superhéroe de las mariposas. Fui a vivir a Inglaterra porque este hombre era un gran investigador. Él anunció que se iba y yo pensaba que qué haría cuando él se fuera. Luego fue que me di cuenta de que ese era el trabajo que me correspondía. Es uno de esos momentos en los que crees que estás en el sitio equivocado, pero cuando piensas mejor, resulta que estás en el correcto. Cuando él se fue, tuve la oportunidad de tomar el trabajo. Hay probablemente cinco curadores de mariposas en todo el mundo con ese título. Y la colección más grande está aquí. Tenemos alrededor de 5 millones de especies en ella. Cada mariposa tiene una pequeña etiqueta que cuenta su historia; dónde la recogieron, en qué año y quién. Siempre hay algo interesante allí. Hay mariposas que recolectó Darwin, Henry Walter Bates (naturalista británico) o Joseph Banks, uno de los más importantes exploradores del siglo XVIII. En estos años, he descubierto un par de nuevas especies. Probablemente la que más me emocionó fue la que encontramos en un viaje en 2005. Estábamos en una zona remota. Fuimos en un helicóptero con un equipo de cuatro personas y nos dejaron en la cima de una montaña. Empezamos a perseguir las mariposas, estaba soleado. Y de repente vimos algo que nunca antes había visto. Lucía como una cosita marrón y aburrida. Pero sabía que no estaba en la colección y eso la hacía bella. Cuando la traes al laboratorio y comienzas a ver los libros y a buscar en internet y en las colecciones, y encuentras que nadie ha recolectado esto antes, es maravilloso. Trabajar en este museo es mágico. En la tienda de campaña donde están expuestas las mariposas vivas hay centenares de ellas y la gente se fascina al verlas. La desventaja o el lado malo, por decirlo así, de mi trabajo, es que nunca lo dejo al lado. Siempre estoy pensando en la colección.
Mi esposo, a quien conocí en uno de esos viajes por Colombia con los estudiantes de Cambridge, es especialista en pájaros. Cuando nuestro hijo se duerme, lo que hacemos es hablar de mariposas y pájaros, y discutimos sobre lugares para nuestra próxima expedición".
FUENTE REVISTA SEMANA
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