FOTO: RAFAEL POLO
De acuerdo con el informe preliminar, de las 30 muestras
analizadas se encontró que el 90% presentaba recuentos de mésofilos, coliformes
totales, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa, por encima de los valores
permisibles según la normatividad vigente para todos los microorganismos.
Esto quiere decir, en pocas palabras, que el agua envasada
en bolsa plástica se encontraba contaminada con bacterias, posibles agentes
causales de infecciones gastrointestinales.
De igual manera, se analizaron otras 30 muestras de agua
envasada, esta vez, en botella plástica. Allí se encontró que solo un 8%
presentaba recuento por encima de los valores permitidos para el caso de bacterias mesófilas.
Según Heidi Posso Mendoza, directora del programa de
Bacteriología de la Unimetro y quien lidera el estudio, hay un “gran riesgo”
que se contamine el agua cuando se usa bolsa plástica. Explicó que no es
precisamente el plástico el que pueda hacer daño al preciado líquido sino la
manipulación de la bolsa.
Esto ocurre en su mayoría —dijo Posso— con los productos que
son adquiridos en ventas ambulantes y en sitios que no cumplen con las medidas
sanitarias que por ley están establecidas para la venta de alimentos.
“Esto pasa debido al inadecuado espacio en donde se almacena
el producto, neveras de icopor sucias o porque el hielo no es el apto. También
se da por los malos hábitos higiénicos de algunos vendedores ambulantes que no
realizan el adecuado y correcto lavado de manos después de hacer sus
necesidades fisiológicas, entre otros factores”, aseveró la bacterióloga.
Las muestras fueron recolectadas en sitios de mayor
afluencia de personal como la calle 72, carrera 46, calle 93, calle 30, carrera
38 y calle 17.
La profesional en bacteriología entregó algunas
recomendaciones para tener en cuenta: abstenerse de comprar el producto en
ventas ambulantes y por el contrario acudir a
sitios reconocidos y que cumplan con todas las normas sanitarias.
Recomendó, además, comprar el agua envasada en botella
plástica, en vez de la bolsa.
Posso Mendoza hizo un llamado a las autoridades sanitarias
para que sigan ejerciendo con más rigor las labores de inspección, vigilancia y
control de todos los alimentos y agua que se consumen en la calle, para
garantizar la salud de toda población.
De igual manera, indicó que las estrategias deben apuntar a
buscar prevenir cualquier tipo de fuente que ocasione impacto a la salud
pública.
Calidad del agua
De acuerdo con la bacterióloga Heidi Posso, el agua potable
de Barranquilla se encuentra en un nivel óptimo. “Dentro del Índice de Riesgo
de la Calidad del Agua para Consumo Humano (Irca), el cual se mide mediante la
Resolución 1575 de 2017 y el decreto reglamentario 2115, el agua de la capital
del Atlántico está en un nivel sin riesgo”, dijo.
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