Científicos se unen para decirle “no” a la minería en Santurbán
“Invitamos a las autoridades ambientales a tomar acciones necesarias para detener el proyecto de minería de oro en Santurbán y promover actividades de preservación y de restauración de los páramos y de los bosques andinos”.
El proyecto Soto Norte busca extraer 255 millones de gramos de oro. / Archivo |
El anterior párrafo no hace parte de las frecuentes protestas que ha hecho la comunidad de Santander para oponerse a la minería de oro en el páramo de Santurbán. Tampoco es una declaración de alguno de los movimientos ambientales que han insistido en la necesidad de no llevar a cabo el proyecto Soto Norte, con el que la empresa Minesa (que desistió, por ahora, de la licencia ambiental) busca extraer 255 millones de gramos de oro. La invitación hace parte de una carta que fue publicada en Science, una de las revistas más prestigiosas en el mundo científico.
El documento está firmado por 14 reconocidos investigadores de ocho países. Liderados por el colombiano Óscar Alejandro Pérez-Escobar, experto en genómica de orquídeas, se pusieron de acuerdo para explicar por qué no deberían realizarse proyectos de explotación a gran escala en un ecosistema tan frágil como los páramos y los bosques de niebla. Los colombianos Rodrigo Bernal, autoridad mundial en palmas; Mauricio Diazgranados, una de las personas que más han investigado los frailejones, y Carlos Jaramillo, paleontólogo vinculado al Instituto Smithsonian (EE.UU.), son algunos de los científicos que firman la misiva. También están Alexandre Antonelli, líder mundial en biogeografía de los trópicos americanos y vinculado al departamento de Ciencias Ambientales y Biológicas de la U. de Gotemburgo; Richard Bateman, experto en evolución de orquídeas, y Guillaume Chomicki, de la Universidad de Oxford.
La advertencia que hace este grupo de expertos es clara: “Los páramos prestan numerosos servicios, como proveer agua a millones de personas. También son extremadamente sensibles a perturbaciones y son difíciles de restaurar”. Además, escriben, un proyecto como el que se planea en Santurbán, que le dejará US$2 mil millones de ganancias a Colombia, generará el desplazamiento de algunos asentamientos humanos. Habrá fragmentación de ese ecosistema y ello puede amenazar con extinguir a varias especies de flora y fauna.
La carta es valiosa, como dice Óscar Pérez, PhD de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, porque es un soporte que les está dando la comunidad científica a los habitantes de Santurbán. “Lo que tememos de un proyecto como este, que sería una de las minas subterráneas más grandes a nivel mundial, es que impacte los acuíferos. Sin embargo, no solo se trata de impactos en el ecosistema. Va mucho más allá. Esta minería afectaría el componente social”, dice desde Londres.
En términos un poco más detallados, explica Pérez, los páramos, además de ser valiosos para el suministro de agua, tienen una importancia única: “Conservan un grupo de plantas que, a nivel mundial, se han diversificado bastante rápido. En muy pocos millones de años se han producido cientos de especies, muchas de ellas endémicas. Son modelos únicos para entender como se ha originado la vida en los páramos y bosques de niebla, y sería una pena perderlos por la explotación minera”.
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