Hallan probióticos con potencial nutritivo en la leche materna
Por primera vez investigadoras de la U.N. aislaron microorganismos en la leche materna que contienen un potencial para mejorar el sistema gastrointestinal de
los recién nacidos.
El estudio busca ser un aporte para el Banco de Leche del Hospital General de Medellín, donde cada mes se descartan más de 20 litros de leche por desconocimiento de su microbiota.
Las muestras recolectadas –que provenían de calostro, leche intermedia (de los primeros 3 meses de lactancia) y leche madura (de más de 3 meses)– se analizaron para caracterizar la microbiota que se puede obtener para evaluar su potencial probiótico (microorganismos que en determinadas dosis contribuyen a la salud del consumidor) y sus posibles aplicaciones médicas o nutricionales.
El estudio fue adelantado por las investigadoras Olga Inés Montoya Campuzano, docente de la Escuela de Biociencias y coordinadora del Laboratorio de Microbiología de Aguas y Alimentos; Yara Correa, microbióloga y estudiante de la maestría en Biotecnología, y Alejandra Vargas, estudiante de Ingeniería Biológica de la Facultad de Ciencias.
Bacteria aislada por medio de cultivo MRS.
Ellas trabajaron con 55 muestras de leche pasteurizada y cruda (de mujeres entre 14 y 38 años) proporcionadas por el Banco de Leche del Hospital General de Medellín, y encontraron que la leche cruda tiene probióticos de los géneros Lactococcus sp., Lactobacillus sp. y Bifidobacterium sp., fundamentales para mejorar la calidad de vida de los recién nacidos por facilitar una rápida colonización de la microbiota del sistema gastrointestinal.
En el estudio se utilizaron varios medios de cultivos selectivos, entre ellos TOS, MRS y M17, y hasta la fecha se han aislado 72 bacterias que cumplen con las características de los probióticos.
La profesora Montoya anotó que “entre los probióticos, las bifidobacterias son las más difíciles de aislar y se encuentran en mayor cantidad en la materia fecal de los niños alimentados con leche materna. En un bebé sano hay aproximadamente 80% de bifidobacterias en su microbiota intestinal”.
Según la investigadora Correa, en 2013 personal del Banco de Leche notó disminución en la incidencia de la enfermedad enterocolitis necrotizante crónica en un 3,3%, cuando el Banco no existía, y en 2015 disminuyó a 0,22%, cuando entregaron un informe después de 2 años de su funcionamiento.
Además de trabajar con leche cruda y pasteurizada, se hicieron aislamientos a partir de materia fecal para observar no solo la relación que estas bacterias tuvieron con el nacimiento y la madre, sino también para medir el impacto positivo de estos microoganismos: “Somos un microbioma, y por eso queremos darle a entender a la gente que es necesario incluir los probióticos en la dieta de los niños para que tengan buena digestión, se eviten las alergias y la irritabilidad en el colon”, aseguró la docente Montoya.
Así mismo informó que “cuando los bebés nacen por cesárea y no por vía vaginal son más propensos a tener problemas de salud porque en el parto no hubo contacto directo con el conducto vaginal de la madre, mientras que se ha comprobado que a los bebés que nacen por parto natural se les empieza a formar la microbiota autóctona más rápidamente”.
Según la estudiante Vargas, es importante analizar esa cadena entre alimentación y materia fecal, debido a que de haberlo hecho solo con la leche, no se sabría cuáles bacterias pasaron las condiciones de acidez estomacal y se colonizaron, entre otros aspectos. Las expectativas del trabajo no se limitaron a la caracterización, sino que también promovieron la lactancia materna, y además se proyecta a la fabricación de suplementos encapsulados o líquidos.