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Esclerosis múltiple altera el sueño

Después de un experimento con ratas se reportó por primera vez en modelos animales que los ciclos de sueño se ven alterados a causa de la pérdida de mielina.

Este hallazgo fue comprobado por Diana Carolina Cárdenas, enfermera y magíster en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Bogotá, quien registró un aumento en los periodos de sueño de un grupo de ratas, pues los ciclos de sueño profundo pasaron de 4,45 % a 7,47 %.

Para esto, se simularon las alteraciones que produce la esclerosis múltiple en los animales, con el fin de obtener datos precisos que sirvan en la implementación de tratamientos farmacológicos a futuro.

Para hacer estas pruebas, la investigadora utilizó el modelo murino de desmielinización por cuprizona, que consiste en utilizar un tóxico (en este caso la cuprizona) para que las neuronas pierdan su capa protectora (mielina), que es la que permite la conducción nerviosa, es decir que se transmitan los impulsos nerviosos.

“Cuando la neurona está desprovista de protección no posee esta conducción rápida y queda expuesta a diferentes sustancias que pueden generar muerte neuronal”, puntualizó la enfermera Cárdenas.

Con el uso de este tóxico se consiguió que las ratas tuvieran un efecto similar a la esclerosis múltiple en los humanos.

“Sabemos que ya existen reportes de alteraciones en el sueño en pacientes con esclerosis múltiple, las cuales tienen efectos negativos en la calidad de vida de las personas. En este caso es útil hacer experimentación con animales para probar tratamientos que tengan en cuenta la relación de la patología inflamatoria con el desarrollo de las alteraciones en el sueño”, explicó la magíster.

Para llevar a cabo las pruebas, a cada animal se le hizo un registro electrofisiológico por medio de encefalogramas que permitían analizar tanto la actividad cerebral como sus hábitos de sueño antes de iniciar el suministro del tóxico.

En este caso se colocaron electrodos intracraneales en dos regiones del cerebro de las ratas: frontal y parietal; luego fueron sometidas al tratamiento con cuprizona durante 8 semanas. Además, en las semanas 0, 4 y 8 se realizaron pruebas motoras para observar si tenían alteraciones en el movimiento y en sus periodos de sueño.

Las pruebas motoras consistían en que la rata debía pasar dos vigas de equilibrio, una de seis milímetros de ancho y la otra de 12, que estaban suspendidas a 50 centímetros del suelo, y según el desempeño del animal se podían detectar alteraciones imperceptibles del movimiento.

Sumado a esto, durante 3 días se hicieron registros electrofisiológicos para observar los cambios que había en el sueño en relación con los cambios de luz y oscuridad.

Al final del tratamiento también se hicieron cortes finos en las estructuras cerebrales de los animales para comprobar si había una disminución de la mielina en áreas relacionadas con el control del sueño.

Los resultados reportaron un aumento del sueño general y específicamente en el sueño profundo en periodos de oscuridad. Esto resulta relevante porque las ratas acostumbran a dormir en periodos de luz, lo que indica que sí se da un cambio en la arquitectura del sueño, y que este está relacionado con la desmielinización que sufren las neuronas.

En las pruebas motoras también se vio un deterioro en los animales, ya que después del tratamiento cometieron más errores al cruzar sobre la viga de seis milímetros.

El doctor Manuel Rojas, docente de la Facultad de Medicina de la U.N. Sede Bogotá, y el docente Fernando Cárdenas, de la Facultad de Piscología de la Universidad de los Andes, formaron parte de la investigación que se espera aporte al conocimiento de esta enfermedad que genera alteraciones de tipo cognitivo en la memoria y en las funciones ejecutivas.

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