Técnica ubica nuevas fuentes hidrotermales
Con el uso de información satelital y de diversas técnicas geológico-geofísicas se identificaron cuatro prospectos exploratorios de fluidos calientes en Paipa (Boyacá).
El cruce de diferentes datos determinó cuatro nuevos puntos con gran posibilidad de encontrar nuevas fuentes hidrotermales. Fotos: Nicolás Bojacá - Archivo particular. |
El modelo desarrollado
busca establecer posibles zonas de prospección de nuevos yacimientos de aguas
termales en este municipio, localizado a unos 40 km de Tunja, la capital
del departamento. El proyecto fue posible gracias a una beca financiada con
recursos del Fondo de Ciencia y Tecnología del Sistema General de Regalías de
la Gobernación de Boyacá.
Aunque dicha
técnica se emplea en países como Estados Unidos, Nueva Zelanda, Italia y China,
la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) es pionera en este tipo de análisis para
Colombia.
“Además del uso recreativo, las fuentes hidrotermales se podrían emplear tanto para desarrollar nuevos cultivos de frutas (a partir de invernaderos térmicos) como para producir energía eléctrica en calderas, de ahí la importancia de estas investigaciones”, explican el estudiante Rafael Andrés Calderón, de la Maestría en Ciencias – Geología de la U.N., y el profesor Germán Vargas, director de la tesis.
“Además de las
dos zonas conocidas, la metodología empleada permitió encontrar otros cuatro prospectos
correspondientes a un sector situado en cercanías a la mina de Cemex, valle
aluvial de la quebrada Honda, El Durazno, y uno más situado al oeste del Alto
de los Volcanes”, destaca el estudiante.
Aunque las
imágenes proporcionadas por las bandas termales de los satélites Landsat 7 y 8
fueron el punto de partida para ubicar los primeros puntos de exploración, el
proyecto también cuenta con el respaldo de información geológica y geofísica,
que permitió localizar los prospectos exploratorios.
“Mientras que la información geológica nos permite establecer dónde está el agua caliente, también nos define aquellos puntos en los que hay fracturamientos en la roca que hacen posible el desplazamiento de agua. Gracias a una estación radiométrica, el trabajo en terreno también ofrece datos de temperatura, radiación solar, temperatura de aire, humedad relativa y presión atmosférica”.
El
procesamiento de las bandas termales mediante algoritmos matemáticos y la información
acopiada durante la fase exploratoria llevó a establecer imágenes de
temperatura real de la superficie del suelo, cuyos datos se contrastaron tanto
con información sobre temperatura de 2013 proporcionados por el Servicio
Geológico, como con técnicas geofísicas que permiten medir la resistividad de
la roca.
“Cuanta menor resistividad haya, mayor probabilidad de encontrar agua caliente habrá, por eso hicimos un nuevo mapa que –sumado a las imágenes satelitales, temperatura del suelo e información geofísica– nos permitía encontrar lugares en los que hubiera mayor coincidencia de datos”, explica el estudiante de maestría.
Alto potencial
hidrotermal
Las fuentes
hidrotermales de Paipa tienen un área aproximada de 130 km2 y sus
orígenes se sitúan al sureste de la población boyacense, tal como lo demuestran
las formaciones de rocas sedimentarias que permiten la infiltración de agua
lluvia, que se adentra hasta una profundidad estimada en 5 km, para luego
ascender por estas mismas formaciones rocosas.
La presencia
de domos volcánicos (rocas ígneas) en superficie hace prever que a lo largo del
recorrido del agua de vuelta a la superficie se encuentra con rocas similares
pero con temperaturas elevadas, para continuar su trayectoria hacia el norte,
donde registra sus primeras manifestaciones en la superficie –sobre los
sectores del Delfín y de La Playa–, y al sureste del lago Sochagota, en las
piscinas del Instituto de Turismo de Paipa (ITP).
Puesto que los
prospectos encontrados tienen gran posibilidad de ser nuevos yacimientos de
agua caliente, una siguiente fase será hacer las correspondientes perforaciones
para constatar la hipótesis y la profundidad en que se encuentran.
La técnica
desarrollada en la U.N. se podría emplear en otras regiones de la geografía
colombiana, con particular énfasis en aquellas zonas situadas cerca de centros
volcánicos activos, como el Nevado del Ruiz, los volcanes Puracé Galeras, Cerro
Machín y Chile Cerro Negro, entre otros.
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