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Bacteria hallada en Medellín será aplicada en biomedicina

Como vinagre casero y atrapar los maleficios, se ha usado en los hogares antioqueños desde épocas remotas la chicha de piña.



Sin embargo, nuestros abuelos ignoraron que esa membrana blancuzca que le aparecía a la sustancia, la cual alimentaban con aguadepanela para que no se muriera, contenía una bacteria desconocida por la ciencia a la que investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, le han venido encontrado gran cantidad de beneficios al ser aplicada en la salud, la alimentación, la industria y la minería.



En homenaje a la ciudad donde fue hallada lleva su nombre, Gluconacetobacter medellinensis.

La ingeniera química phd Cristina Castro, una de las científicas que la encontró, relató que a la profesora Piedad Gañán le llamó la atención una sustancia llamada popularmente, “madre de vinagre” la cual llevó a su clase de Polímeros un estudiante.

Cristina contó que cuando empezó su tesis doctoral en 2008, la UPB venía trabajando con nanocelulosa de origen vegetal, que para su extracción se requiere tratamientos químicos y mecánicos, que muchas veces no son amigables con el medio ambiente y tienen un costo energético.

Entonces, se empezaron a explorar otras fuentes de extracción de celulosa bacteriana que no tuvieran estas dificultades y en la literatura científica se observó un trabajo con un microorganismo llamado Gluconacetobacter xylinum,utilizado para alimentos y vinagres.

“A la profesora le llamó la atención la membrana, producto de la fermentación de las cáscaras de piña y me propuso que la investigara en mi tesis doctoral. Me fui para las ventas de yerbas de la Plaza Minorista y compré un pedazo de ella y la llevé al laboratorio para aislarla, porque estaba en medio de un consorcio de microorganismos que le daban parches grises, que los abuelos creían que eran maleficios que le habían echado a la familia y quedaban allí atrapados en “el mosto” de la chicha que guardaban en sus cocinas”.
Confirman nueva bacteria
Una vez utilizó microscopios de alta definición, descubrió que se trataba de una red de bacterias que creyeron eran de la variedad xilynum.


Sin embargo, al hacerse los análisis fenotípicos y genotípicos, encontraron que podía ser una bacteria de una especie aún desconocida y que, por sus cintas de tamaño nanométrico de entre 40 y 60 nanómetros de ancho, podría ser utilizada en múltiples aplicaciones como: almacenamiento de energía, purificación de aguas, alimentos funcionales, industria farmacéutica, papeles especiales y en la recuperación de tejidos.

“Al notar eso contactamos la colección de Bélgica de Microorganismos y enviamos los resultados. Nos dijeron que era necesario hacer unos ensayos genotípicos para compararlos con las bases de datos existentes y se dieron cuenta que este microorganismo era diferente, que era nuevo y pertenecía al género gluconobacter. Entonces, por hallarlo en Medellín decidimos, con la ayuda de un sacerdote de la UPB, profesor de Latín, bautizarlo Gluconacetobacter medellinensis”.
La científica concluyó que también están desarrollando filtros para el tratamiento de aguas y la remoción de metales pesados como el mercurio.

La decana de la Escuela de Ingenierías de la UPB, Piedad Gañán, dijo que los abuelos usaron en sus casas esta membrana y no sabían que estaban aplicando la nanotecnología con esta celulosa bacteriana y de la cual la profesora Cristina ha hecho experimentos y ha encontrado que sirve para proteger alimentos del ataque de microorganismos, que se pude utilizar para aditivos de pintura y el mejoramiento de las propiedades de la fibra de vidrio y la está analizando en usos agrícolas para proteger cultivos.

En otro aspecto que se está trabajando, destacó, es en apósitos para tratar heridas y para recuperar tejidos humanos.
Destacó la dedicación de los científicos que han trabajado de día y de noche experimentando con esta nueva bacteria. La docente jubilada de la facultad de Medicina de la UPB, Gloria Caro, dijo que cuando dictó la cátedra en Ingeniería de Bioquímica, integró el Grupo de Investigaciones de Nuevos Materiales, Ginuma, que trabajaba con microorganismos y logró la caracterización de la bacteria y obtuvo su clasificación taxonómica, lo que quiere decir que en cualquier parte del mundo figura como aislada en Medellín, Colombia.


FUENTE: El Colombiano

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