2 lecciones para aprender de Manizales
El ‘Resumen ejecutivo del índice de progreso social en ciudades para el año 2015’ elaborado por la red de Progreso Social Colombia aclara que “si una ciudad no logra satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos, estableciendo aquellas condiciones que les permitan mejorar su calidad de vida y ofreciendo oportunidades a sus residentes para que puedan alcanzar su pleno potencial, aún si se logra el éxito económico, no es una ciudad exitosa”.
El Índice les permite a las ciudades hacer comparaciones y crear relaciones con las otras para mejorar la calidad de vida y constituir prioridades para el desarrollo. También permite a las ciudades y al país saber si los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU se están cumpliendo, sobre todo el número 11 que busca ¨hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Manizales es una de las ciudades región que ha entendido esto a la perfección. Ya no es solo reconocida por su café, cultura y empinadas montañas (algunos dicen que es la única ciudad del mundo donde el viento rebota) sino que es la ciudad que más alto nivel de progreso social ha alcanzado en Colombia, por encima de Bogotá, que tiene un ingreso promedio 1.3 veces superior. Este progreso social está relacionado con la disminución de la desigualdad y la disminución de la pobreza.
La ciudad fue fundada en la mitad del siglo XIX durante la Colonización Antioqueña. En los años 90 y principios de los 2000, Manizales vivió un gran desafío ocasionado por la crisis del café que afectó la producción del grano. Debido a esta crisis la ciudad inició una apuesta para transformarse en donde, el centro del desarrollo es el conocimiento.
Manizales entendió que la educación es uno de los elementos más importantes para mejorar la calidad de vida en las ciudades porque permite a los ciudadanos superar la pobreza, aumentar la productividad, y generar riqueza para las personas y las sociedades. Entendió también, y así lo plantea en el reporte ‘Cómo Vamos en Educación’, que “es a través de la educación que las personas adquieren conocimientos, capacidades y competencias para participar de manera activa en la sociedad. Múltiples estudios han demostrado en diferentes contextos cómo el nivel educativo tiene alta relación con la participación política y comunitaria, la salud, la autoestima e incluso la felicidad”.
Biodiversidad y medio ambiente
Otra de las prioridades dentro del proceso de cambio y desarrollo de Manizales fue la biodiversidad y cómo entrelazarla con los procesos de innovación y sostenibilidad de la ciudad. Este ha sido un tema clave en el proceso de cambio porque se quiere tener una relación armónica y de respeto con la naturaleza. Manizales tiene proyectos asociados a bioinformática, biocosmética, biosalud y biotecnología agropecuaria y agroindustrial. Estos elementos no solo requieren de investigación sino de “fortalecimiento de la red de ecoparques, los corredores biológicos, la protección de áreas de interés, la ambientalización cultural del municipio y el emprendimiento de base tecnológica e investigativa”.
El cuidado al medio ambiente también es muy importante en una ciudad como Manizales que es considerada como muy vulnerable a desastres naturales por su ubicación en la Cordillera Central, su cercanía al volcán Nevado del Ruíz, entre otros. Por esta razón ha llevado a cabo proyectos y creado herramientas para mejorar su intervención ante una amenaza y reducir su vulnerabilidad. Cuenta con sistemas de gestión de riesgo y ha creado planes de contingencia para desastres naturales, además de sistemas de alerta temprana y un mapa de riesgo de la ciudad.
Una mirada hacia el futuro
Este año fue aprobado el Plan de Desarrollo Municipal 2016-2019: Manizales, Más Oportunidades. El plan fue creado con la participación activa de los ciudadanos de las comunas y corregimientos, organizaciones de sociedad civil y los sectores público y privado. Plantea un camino a corto plazo que pretende lograr una transformación territorial a largo plazo y que tenga como eje transversal “la educación para la transformación social del territorio”. El plan está hecho alrededor de la protección a los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, lo que le da un contexto y unas metas que alcanzar a corto, mediano y largo plazo para transformar la ciudad y la cultura de los manizalitas. Todavía es muy temprano para dar un veredicto, pero lo que más le conviene a Manizales y al país es que los gobernantes presentes y futuros sigan por el mismo camino de desarrollo, creando una política de estado y no de gobierno que permitirá darle continuidad a los aciertos y progresos que ha hecho la ciudad.
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