CAAVAT, UN INVENTO QUE AYUDARÍA A SALVAR MUCHAS VIDAS
Todo comenzó en 2008, cuando el radiólogo Luis Uriza, del Hospital San Ignacio, le dijo a la profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad de los Andes que era fundamental identificar nuevos métodos diagnósticos para facilitar la cuantificación de grasa abdominal.
Marcela Hernández, profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación; doctora en Images et Systems del Institute National des Sciences Appliquées de Lyon (Francia). |
CAAVAT (Computed Assisted Analysis Visceral Adipose Tissue)
Al recordar el pesado camino que emprendió para patentar su invento, Marcela Hernándezsuspira hondo. Fue como si hubiera descargado un enorme peso de su espalda:
“Eso de firmar y renovar acuerdos, de desarrollar y pasar la propuesta a Colciencias, de conseguir recursos y negociar, ya no me toca a mí”.
Todo comenzó en 2008, cuando el radiólogo Luis Uriza, del Hospital San Ignacio, le dijo a la profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad de los Andes que era fundamental identificar nuevos métodos diagnósticos para facilitar la cuantificación de grasa abdominal.
Ambos sabían que eso ayudaría a salvar muchas vidas. Y ella asumió el reto.
Entonces, con otros investigadores, entre ellos su estudiante doctoral Ricardo Mendoza, inventó CAAVAT (Computed Assisted Analysis Visceral Adipose Tissue), una plataforma de software que le permite al médico diferenciar de manera clara el tejido adiposo subcutáneo o grasa subcutánea —esa que está debajo de la piel o las llamadas ‘llanticas’—de la grasa visceral —esa que se oculta en tejidos, órganos y músculos—, la más peligrosa y altamente relacionada con las enfermedades cerebro y cardiovasculares.
Hernández cuenta, entre otras cosas, que en 2012, cuando había diseñado un prototipo funcional, intentó tramitar la patente, pero la gestión se complicó tanto que hubo momentos en los que ella y su estudiante se sintieron “superahogados”, y no aparecía el salvavidas para destrabar los procesos que les impedían salir a flote. Incluso, llegaron a pensar que si no cumplían con los requerimientos, el proyecto iba a naufragar.
Las diligencias eran desgastantes, costosas y engorrosas.
Había que pagar abogados y tasas internacionales, firmar acuerdos inter-institucionales con una entidad pública de Francia, hacer traducciones oficiales…
“Este fue un desarrollo con un investigador francés, un radiólogo colombiano y dos personas de Los Andes. Imagínese nosotros sin asesoría”,
relata la doctora en Images et Systems del Institute National des Sciences Appliquées de Lyon (Francia). “En ese entonces en la Universidad no había una unidad de apoyo especializada para los profesores”, apunta.
Obstinados, profesora y estudiante decidieron allanar el camino solos y se presentaron a una convocatoria de patentes a Colciencias, pero los rechazaron porque en el título decía ‘Software para cuantificar tejido adiposo.Deben usar la palabra ‘Métodos’, fue la respuesta de la entidad. “El método es lo que se patenta, no el producto final. Ahí perdimos”, expresa Hernández.
Minucias similares obstaculizaron su ruta para alcanzar la patente. “Yo ya estaba que colgaba la toalla”, recuerda del año 2016.Sin embargo, persistieron y recibieron el apoyo financiero del Hospital San Ignacio y de la Universidad de los Andes para sacarla adelante. Lo primero que hicieron fue contratar una firma de abogados, pero la interacción no era simple, hablaban en términos jurídicos y poco entendían.
Pese a tanto enredo, aclararon el panorama con el apoyo de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de Uniandes (TU) y pudieron patentarlo en 7 países.
Su historia evidencia lo cortos que se quedaron cuando no tenían asesoría para enfrentar los trámites legales, un paso que aún genera resistencia y temor en algunos profesores investigadores dada su escasa experiencia en temas de protección de propiedad intelectual.
Creadores:
Marcela Hernández: profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación; doctora en Images et Systems del Institute National des Sciences Appliquées de Lyon (Francia).
Ricardo Antonio Mendoza: magíster y doctor en Ingeniería de la Universidad de los Andes.
Luis Felipe Uriza: director de la Unidad de Radiología del Hospital Universitario San Ignacio.
Philippe Douek: director de radiología del Hospital Cardiológico de Lyon, Francia.
fuente Universidad de los Andes
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