Píldora para el alzhéimer
Un fármaco probado con éxito en humanos podría ser clave para cambiar el tratamiento de esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en el mundo.
Desde que el mal de Alzheimer fue descubierto en 1906, la ciencia y la medicina no han podido determinar con exactitud sus causas ni la forma de prevenirlo o curarlo. Pero Frank Longo, neurólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, creó un medicamento que podría cambiar el tratamiento de esta enfermedad que padecen aproximadamente 44 millones de personas en el mundo, cifra que podría duplicarse para 2050.
Se trata del LM11A-31, una droga desarrollada por PharmatropiX, la compañía de Longo. A diferencia de los otros medicamentos para tratar el alzhéimer, este fue probado por primera vez en seres humanos y en su primera fase de estudio clínico dio buenos resultados, pues no produjo efectos secundarios graves en los 72 pacientes que tomaron la pastilla. “Mi mayor frustración es que ya hemos logrado curar el alzhéimer en ratones muchas veces. ¿Por qué no podemos trasladar ese éxito a las personas?”, señaló Longo a la revista TIME, que le dedicó el artículo de portada de su último número.
Los experimentos con ratones de laboratorio lograron eliminar de su cerebro las placas seniles de beta-amiloide, proteínas que atacan las neuronas desde sus puntos de conexión molecular y determinan su vida útil. De hecho, los científicos siempre se habían enfocado en eliminar estas placas por medio de anticuerpos, pero los intentos no surtieron efecto en los humanos. Sin embargo, Longo y su equipo pensaron en una solución distinta. El LM11A-31 no destruye las placas seniles sino que busca mantener las células del cerebro saludables, fortalecidas y protegidas contra ataques neurológicos provocados por las placas seniles o la proteína tau, que según hallazgos recientes es la mayor responsable del alzhéimer. “Es un enfoque menos ortodoxo, pero si funciona podría ser un elemento de cambio para futuros tratamientos”, dice Longo.
Longo afirma que el LM11A-31 puede detener al menos 10 de las 14 señales nerviosas del cerebro que se activan por las placas de beta-amiloide. Por eso, este fármaco podría complementar las terapias que sirven solo para tratar los síntomas, ya que sería capaz de bloquear estas proteínas antes de que empiecen a destruir las neuronas. Así, podría evitarse la pérdida de la memoria y el lenguaje. “La creencia general dice que el daño en las neuronas del cerebro es irreversible y resulta casi imposible revivirlas. Pero nuestros estudios en ratones han demostrado que se puede revertir una parte significativa del daño”, señala Longo.
Si bien varios expertos reconocen la importancia del esfuerzo de Longo, algunos consideran que aún no se puede cantar victoria. La segunda fase de estudios clínicos del LM11A-31 se llevará a cabo en Suecia y tomará aproximadamente dos años, durante los cuales “realizaremos ocho o más visitas a los pacientes que consuman el medicamento para probar su eficacia”, dijo Longo a SEMANA. El próximo paso sería buscar la aprobación de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).Mientras tanto, la gente debe procurar mantener un estilo de vida saludable que incluya actividad física regular y buena alimentación. Además, es clave ejercitar el cerebro y la memoria con actividades como juegos, lecturas e interactuar con otras personas, pues cada vez la expectativa de vida global aumenta más y se estima que una de cada nueve personas padecerá alzhéimer en la tercera edad. Por eso, lo ideal es prevenir y controlar los síntomas, y, en el caso de las personas que tengan antecedentes familiares, someterse a una revisión temprana para reaccionar a tiempo.