¿Por qué somos más inteligentes que las ranas?
El tamaño del cerebro y su complejidad varía enormemente entre los
vertebrados, pero no está claro cómo surgieron estas diferencias.
Benjamin Blencowe, profesor del Centro Donnelly de la Universidad de
Toronto, y su equipo, han descubierto cómo un pequeño cambio en una
proteína llamada PTBP1 puede estimular la creación de neuronas y
determinar la evolución del cerebro de los mamíferos, hasta haberse
convertido en los más grandes y más complejos entre los vertebrados. El artículo se publica en la revista Science.
Los seres humanos y las ranas, por ejemplo, han evolucionado por
separado durante 350 millones de años y tienen habilidades cerebrales
muy diferentes. Sin embargo, los científicos han demostrado que utilizan
un repertorio de genes notablemente similares para construir órganos en
el cuerpo. Entonces, ¿cómo un número similar de genes, que se conecta o
desconecta de manera similar en diversas especies de vertebrados,
genera órganos con tamaños y complejidad tan diversa?
La clave radica, según el grupo de expertos, en el proceso conocido
como empalme alternativo (AS, por sus siglas en inglés), por el que los
productos génicos se ensamblan en proteínas, que son los componentes
básicos de la vida.
El juego de LEGO de las proteínas
Durante el AS, los fragmentos de genes –llamado exones– se
entremezclan para crear diferentes formas de proteínas. Es como un LEGO,
donde pueden faltar algunos fragmentos en la forma final de la
proteína.
El AS permite a las células generar más de una proteína a partir de
un único gen, de modo que el número total de proteínas diferentes en una
célula supera en gran medida el número de genes disponibles. La
capacidad de una célula para regular la diversidad de proteínas en un
momento dado refleja su capacidad de asumir diferentes roles en el
cuerpo.