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Científicos Colombianos revolucionan diagnóstico de leptospirosis




Después de 36 meses de investigaciones un grupo de científicos colombianos le entregó al mundo la buena noticia de que se creó una forma de mejorar el diagnóstico de una enfermedad transmitida por los animales a los humanos: la leptospirosis.

Son 10 de las más importantes zoonosis tropicales conocidas en el planeta y consideradas de atención prioritaria por su impacto en salud pública y por estar asociadas con la pobreza. Son ellas gastrointestinal, leptospirosis, cisticercosis, tuberculosis, leishmaniasis, brucelosis, dengue, chicunguña y zika.

Este tipo de padecimientos infecciosos que tiene en común su rápida proliferación en países de climas como Colombia están aumentando año tras año, afectando la salud de quienes viven en lugares con temperaturas superiores a 20 grados y latitudes por debajo de los 2.200 msnm.

Con la profunda necesidad de aportar sus conocimientos científicos en el campo de las enfermedades tropicales que suelen afectar mayoritariamente a la población más vulnerable, Patricia Hernández Rodríguez, docente investigador de la Universidad de La Salle, lideró con la participación de destacados colegas, una investigación para fortalecer las herramientas de diagnóstico para la identificación de Leptospira, bacteria relacionada con leptospirosis, enfermedad que afecta a animales domésticos (bovinos, porcinos, caninos principalmente) y silvestres (viven en forma natural en los bosques del país). “Con una particularidad y es que es una zoonosis, es decir, una infección que se da en los animales y que es transmisible a los humanos en condiciones naturales. En este caso, nos genera gran preocupación porque la leptospirosis afecta a más de 160 especies animales”, explica Hernández.

En cuanto a los síntomas, la leptospirosis genera fiebre, cefalea, dolores musculares, articulares y óseos, insuficiencia renal, hemorragias e incluso meningitis, una afectación severa en salud humana. En salud animal afecta principalmente el carácter reproductivo y productivo de la ganadería incidiendo en la economía del sector.
La clave

Hernández asegura que “entre 2007 y 2013 hubo 787 alertas globales de leptospirosis, el 63% de estas fue en el continente americano, especialmente en Brasil, Nicaragua y Argentina, el 15% en el Pacífico Occidental, el 14% en el Sur-este de Asia, seguido por Europa con el 8%, y finalmente en África y en el Mediterráneo Oriental, se presentó un bajo porcentaje de alertas, 1% y 0,5%, respectivamente, posiblemente por fallas en la capacidad de diagnóstico. En Colombia al revisar los casos reportados de leptospirosis pasaron de 587 en 2005 a 3.300 en 2010. En el mundo el número asciende a más de 500 mil casos anuales”.

La experta señala que “si bien es preocupante que a pesar de las campañas educativas y de prevención, el número de afectados aumente en cada periodo analizado, lo peor es que realmente la situación se complica aún más porque existe un elevado porcentaje de diagnósticos inespecíficos no sólo de leptospirosis, sino en general de varias enfermedades tropicales, y en esa medida, si la información existente no es exacta es muy complejo adoptar las medidas correctas tanto para frenar la infección masiva en el momento, como para capitalizar la experiencia y estar bien preparado frente a una epidemia”.

Con esa certeza, Hernández ha avanzado en estrategias que permiten diagnósticos más claros y por tanto, análisis más exactos que son vitales para adoptar las medidas más adecuadas en temas como éstos que son de importancia en salud pública a nivel nacional.

Aporte científico lasallista


Para llegar a su hallazgo, la profesora Hernández y su grupo utilizaron recursos moleculares, a partir de la extracción de DNA se realiza la prueba de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) que permite diferenciar las especies patógenas y saprofitas de Leptospira. Esto que de entrada suena confuso y ajeno para el lector, se puede explicar fácilmente si imaginamos que los primeros son microorganismos que potencialmente pueden causar enfermedad en los humanos y llevar a fallas en diferentes órganos causando la muerte principalmente por problemas renales y/o respiratorios y los segundos pueden permanecer en suelo y agua principalmente. Las especies de esta bacteria pueden vivir en el ambiente hasta por 180 días conservando sus características y la posibilidad de infectar a diversos animales y a humanos que entren en contacto con ellas o su entorno.

Realizar los estudios sobre esta bacteria aislada de especies animales y de fuentes de agua, le implicó a Hernández y su equipo 36 meses de estudio, entre el trabajo de campo, pruebas microbiológicas, serológicas y moleculares.

Hoy, los resultados de su trabajo le han traído reconocimiento internacional, trabajo colaborativo con el Instituto Pasteur (Francia) y la oportunidad de ser una de las protagonistas del Simposio de Investigación en Epidemiología y Patogénesis Molecular de Enfermedades Tropicales que será realizado el 19 y 20 de abril en la Universidad de La Salle donde presentará de forma detallada los avances más recientes de su investigación.

Asociado al Simposio se realizará el Curso Utilidad de la Bioinformática para el estudio de Genomas Bacterianos que será dictado por dos conferencistas internacionales del Centro de Genómica y Proteómica Estructural y Funcional de la Universidad de Monash y del Centro de Ciencias de la Computación de la Universidad de Melbourne, Australia. El curso permitirá que los asistentes se familiaricen con los métodos fundamentales para el análisis de la información resultante de los métodos actuales de secuenciación masiva de genomas.

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