Mosquitos transgénicos para combatir la epidemia de dengue
Dos
son las necesidades básicas de todo animal: saciar el hambre y
reproducirse. Si lo primero está en la base de los picotazos que las
hembras del mosquito Aedes aegypt propinan a los humanos para obtener su sangre —proceso durante el cual
le inoculan el virus del dengue—, lo segundo es la base de la última de
las soluciones que se ensayan para frenar la enfermedad.
Después
de algunos intentos a menor escala, Brasil lidera la idea: se trata de
soltar machos modificados genéticamente para tener crías no viables. Con
eso, sacian el afán reproductor de la hembra, y se espera reducir la
población de insectos. En esta línea, la ciudad de Juazeiro en el interior del Estado de Bahía, se ha convertido en el primer laboratorio en el que las autoridades sanitarias han asumido el reto de
reducir la incidencia del dengue a través de la liberación de millones de mosquitos transgénicos. Allí se inauguró el 7 de julio la primera biofábrica de la Organización Social Moscamed,donde se crían semanalmente medio millón de Aedes aegypt genéticamente modificados. En la misma ciudad, perdida en el campo del noreste brasileño y conocida por ser donde nació el legendario maestro de la bossa nova Joao Gilberto, investigadores de Moscamed han soltado cada semana miles de insectos con el objetivo de frenar el avance de una de las epidemias que más preocupan anualmente al Gobierno.