Política de Biotecnología ahora debe ser aplicada
A pesar de que el país ha firmado acuerdos internacionales para proteger y dar buen uso a su rica biodiversidad, los hechos concretos se quedan cortos.
El Conpes (Consejo de Política Económica y Social) 3697 establece un nuevo esquema en el que el Sistema de Ciencia y Tecnología juega un papel crucial. Una de las propuestas es instituir una Empresa Nacional de Bioprospección.
Son muy pocos los resultados desde que en 1996 se formuló la Política Nacional de Biodiversidad para promover la conservación, conocimiento y uso sostenible de los ecosistemas colombianos. La Decisión 391 entró en vigencia para la CAN (Comunidad Andina de Naciones) ese año, cuando el país era un evidente líder mundial en el tema; sin embargo, esa condición de haber elaborado con anticipación un marco normativo sobre el acceso, no se reflejó en oportunidades de desarrollo y manejo responsable; por el contrario, se constituyó en una barrera para generar conocimiento.
En estos 15 años se han firmado unos 50 contratos de acceso a recursos genéticos en nuestro país con fines de investigación, pero ni uno solo sobre acceso con fines comerciales y de generación de beneficios sociales.
Contradicción
Paradójicamente, la aplicación de la norma, antes que constituirse en un estímulo para el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, se erigió como una barrera limitante. Esto impide que los científicos exploren la naturaleza con el objetivo de valorarla y construir escenarios para su buen uso, más allá de los fines meramente contemplativos.
Para preservar la biodiversidad es indispensable conocerla a partir del discernimiento que genera el aparato nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CT+I). Si lo que se quiere es generar oportunidades de desarrollo y que ello se traduzca en riqueza social, igualmente se requiere de su apropiación.
En ese sentido, es pertinente establecer múltiples acciones que brinden las condiciones científicas, tecnológicas, de innovación, sociales y culturales necesarias para permitir que la sociedad conozca y reconozca sus recursos genéticos. Además, que los apropie con fines de conservación y elabore toda una cadena de valor que dé paso a oportunidades de progreso.
La triada "conocer, conservar y dar uso sostenible" es un propósito de la normatividad ambiental; lo es, igualmente, para las instituciones y grupos de investigación que dedican sus esfuerzos en CT+I enfocados a los recursos genéticos y a los socioecosistemas. Infortunadamente, no hay suficiente armonización entre el quehacer de las autoridades ambientales y el sistema de CT+I.
Desde 1996, por ejemplo, la gran mayoría de los integrantes del Sistema se encuentran inmersos en la ilegalidad por las dificultades que han existido para que el Estado instrumente, reglamente y haga aplicable la Decisión Andina 391.
Oportunidades
En el 2011, surgió un nuevo propósito nacional que pretende incidir favorablemente para que la biodiversidad se constituya en base de proyectos de desarrollo. Se trata del Conpes 3697 del 14 de junio de ese año, conocido como Ley de Biotecnología.
Este documento de política pública tiene como objetivo principal "crear las condiciones económicas, técnicas, institucionales y legales que permitan el desarrollo de empresas y productos comerciales basados en el uso sostenible de los recursos biológicos, genéticos y sus derivados, los cuales servirán de base de nuevos productos para diversas industrias como la cosmética, la farmacéutica, la agroalimentaria, de materiales y la de productos naturales, entre otros".
Los gestores del documento reconocen que una de las tareas prioritarias tiene que ver con el ajuste y la actualización de las normas sobre acceso a los recursos genéticos y sus derivados.
Llevarlo a la práctica
Según el documento Conpes, con los siguientes instrumentos sería posible hacer de los recursos naturales una alternativa: i) mejorar la capacidad institucional para el desarrollo comercial de la biotecnología y del uso sostenible de la biodiversidad; ii) desarrollar un conjunto de instrumentos económicos para atraer inversiones públicas y privadas que estimulen la creación de empresas y productos; iii) adecuar y revisar el marco normativo relacionado con el acceso a los recursos genéticos, los procesos de registro sanitario de medicamentos biotecnológicos y la regulación sobre producción y comercialización de productos fitoterapéuticos, y iv) evaluar la creación de la Empresa Nacional de Bioprospección.
Todo lo anterior, con el fin de orientar de manera asertiva las acciones hacia el fomento y estímulo a la investigación, superando las actuales barreras surgidas de una ineficaz aplicación de la normatividad sobre el acceso a los recursos genéticos.
Debe ir ligado, asimismo, al surgimiento de un sector empresarial y de organizaciones sociales que construyan oportunidades desde la biodiversidad, la bioprospección, la biotecnología y la transformación de la cultura, a través de las cuales se moldeen y se fortalezcan las capacidades. Estos son algunos de los tópicos que tendrá que evaluar y abordar la proyectada Empresa Nacional de Bioprospección.
El documento propende por el desarrollo de nuevos sectores en Colombia, más allá del amplio potencial que representa el Turismo de Naturaleza. El objetivo es impactar extensos sectores de la producción que hoy pueden ampliar sustancialmente sus oportunidades empresariales y de negocio, al incorporar nuevos productos de origen natural, de acuerdo con la tendencia mundial de privilegiar el uso de actividad biológica en todas las actividades humanas y contribuir significativamente con el desarrollo socioeconómico del país.
Disfrute este artículo completo en la edición 150 de UN Periódico o en el enlace:http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/recien-creada-politica-de-biotecnologia-debe-pasar-a-acciones/index.html
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