El código genético subyacente en los músculos no cambia con el ejercicio físico, pero las moléculas de ADN quedan alteradas química y estructuralmente de modos muy importantes. Esas modificaciones en lugares específicos del ADN parecen ser un punto de partida hacia una "reprogramación" genética en los músculos que les permite ganar en fuerza y obtener otros de los beneficios estructurales y metabólicos del ejercicio físico.
Estos cambios en el ADN se conocen como modificaciones epigenéticas, e implican la incorporación o la pérdida de ciertas marcas químicas en el ADN, un parámetro distinto a la ubicación de las "letras" del ADN en el genoma.
"El ejercicio físico es una medicina", resume agudamente Zierath.
En la investigación, se constató algo mucho más llamativo: Someter tejido muscular aislado a una exposición a la cafeína tenía el mismo efecto que realizar ejercicio físico. La cafeína reproduce la contracción del músculo originada por la actividad física intensa. Sin embargo, tal como Zierath advierte, esto no significa que ella recomiende tomar café como un sustitutivo universal de la práctica de ejercicio físico.
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