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domingo, abril 30, 2017

¿Hasta qué punto la genética dicta lo que nos gusta comer?

¿Nos hemos preguntado alguna vez por qué seguimos comiendo ciertos alimentos, a pesar de saber que no son buenos para nosotros?

Ciertos genes y sus variantes pueden influir en nuestras decisiones dietéticas y hábitos de consumo alimentario. 

La razón, según un nuevo estudio, podría ser que ciertas variantes genéticas afectan a la forma en que funciona nuestro cerebro. Averiguar qué funciones exactas desempeñan los genes en los comportamientos dietéticos y en las preferencias alimentarias podría llevar a dietas personalizadas para mantenerse sano que sean más fáciles de seguir.

El estudio llevado a cabo por el equipo de Silvia Berciano, de la Universidad Autónoma de Madrid en España, es, hasta donde se sabe, el primero que describe cómo afectan los genes del cerebro al consumo de alimentos y a las preferencias dietéticas en un grupo de personas sanas.

Aunque investigaciones anteriores han identificado genes implicados en los comportamientos propios de trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o la bulimia, se ha conocido muy poco sobre cómo podría afectar la variación natural en estos genes a los comportamientos alimentarios en personas sanas. La variación genética es el resultado de sutiles diferencias en el ADN de las personas, lo que hace único a cada individuo.

Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron la genética de 818 hombres y mujeres de linaje europeo y recogieron información sobre su dieta usando un cuestionario. Los investigadores encontraron que los genes analizados desempeñaron un papel notable en las elecciones dietéticas de cada persona y en sus hábitos alimentarios. Por ejemplo, un consumo más alto de chocolate y una cintura más ancha estaban asociados a ciertas versiones del gen del receptor de la oxitocina, y un gen asociado con la obesidad influía en la conducta alimentaria orientada al consumo de verdura y fibra. También observaron que ciertos genes estaban implicados en el consumo de sal y de grasas.

Lo hallado podría ser utilizado para definir métodos de medicina de precisión que ayuden a minimizar para una persona el riesgo de enfermedades comunes, como la diabetes, las cardiovasculares y el cáncer, a través de una prevención basada en una dieta así como en una terapia a la medida de cada persona, con arreglo a sus necesidades individuales específicas.


Tras las huellas de un 'tigrillo raro'



Después de 16 años Manuel Ruiz descubrió que una piel rara era una nueva especie de gato americano.

El profesor Manuel Ruiz García es investigador de genética molecular en mamíferos en la Pontificia Universidad Javeriana.

Ni su cola, su pelaje, su cabeza o su tamaño son comparables a los de otro felino que recorra las empinadas montañas de los Andes. Su existencia, como especie, data de entre uno y dos millones de años, pero solo hasta hace un par de meses hubo evidencia de que era “algo totalmente distinto” a lo que se conocía. Tardó 16 años verificar lo que sus genes comprueban: es una nueva especie de felino para América Latina y habita en el sur del país, puntualmente, en Nariño.

Se ha denominado Leopardus narinensis y la primera persona que notó, en el 2001, su particular patrón de piel fue Manuel Ruiz García, científico del Grupo de Investigación de Genética de Población Molecular y Biología Evolutiva de la Pontificia Universidad Javeriana. 

La sola observación de la piel le bastó a Ruiz García para emprender un camino de investigación que le tomaría más de una década; varios viajes, experimentos infructuosos, revisiones en museos de historia natural y un análisis de bases de datos genéticas que le dio a su corazonada de investigador el soporte científico para hablar de este nuevo hallazgo para la biodiversidad nacional.

En el 2001, a propósito de una investigación de un estudiante que iba a analizar la craneometría de jaguares y pumas, este biólogo catalán, radicado en Colombia hace 20 años, pasó un día en la Colección Biológica del Instituto Humboldt en Villa de Leyva (Boyacá). Pidieron los permisos requeridos, viajaron hasta allá y él empezó a ‘chismosear’ las pieles y los animales que tenían en esta colección, que hoy almacena el 66,43 por ciento de la fauna de mamíferos conocida para Colombia.

El tigrillo siempre ha estado en su gusto como investigador, porque es la especie más pequeña del género Leopardus que habita Colombia. En el país se han considerado tradicionalmente seis especies de felinos: jaguares, ocelotes, pumas, margay, tigrillos y yaguarundi. 

“Recuerdo que le comenté al estudiante que me acompañaba: ‘esa piel es de algo muy raro’. No correspondía a ningún patrón, tipo, forma de cabeza, coloración de fondo de otras especie de felinos silvestres que tengamos registrados”, relata. En ese momento pidió permiso para tomar un pequeño trozo de su piel y estudiarla con la lupa de la genética. Para comienzos del nuevo siglo, en su laboratorio trabajaban con marcadores genéticos conocidos como microsatélites, que son pequeños segmentos de ADN que no codifican ningún tipo de proteína y son utilizados, por ejemplo, para análisis de paternidad.

Con estos marcadores hizo un primer análisis de filogenia, campo que estudia el parentesco entre distintos grupos de individuos. 

“No era el mejor método, era lo que teníamos en ese momento para compararlo con algunas especies de pequeños felinos manchados y tigrillos de Perú, Ecuador y Bolivia”. Los resultados no fueron conclusivos. 

Entre las hipótesis que rondaban en su cabeza había una que, aunque poco probable, podía someter a prueba. A lo que más se le parecía esta piel rojiza y sin un patrón muy definido era a una especie de felino que solo vive en Chile. 

Es muy difícil que un animal, cuya piel tenía datos de haber sido colectada por la Policía –en los años ochenta en inmediaciones del volcán Galeras en Nariño–, hubiera recorrido desde el país austral hasta Colombia. Un jaguar o un puma pueden moverse en un rango mucho más amplio que el de este raro felino, que es más pequeño

La siguiente posibilidad –que estuvo varios años entre las más opcionadas para darle fin al misterio– fue que este felino era de una especie que vive en Ecuador, y que logra su distribución en Argentina y Chile. Se le conoce como el gato pajonal o colocolo (Leopardus colocolo). 

“No estaba muy familiarizado en ese entonces con esa especie, porque sé que tienen una gran cantidad de variaciones y sus pieles son muy disímiles”. Decidió, entonces, enviar una foto de la piel a una investigadora española especialista en colocolos (la doctora Rosa García Perea). Después de unos meses, llegó la respuesta: la fotografía no correspondía con uno de estos felinos. La española le afirmó que lo más seguro era que se tratara de “uno de esos tigrillos raros que aparecen de vez en cuando”. Paró un tiempo la investigación y cesó la intriga. Luego, comenzó una colaboración con Daniel Cossíos, científico peruano, quien estaba haciendo su tesis doctoral en Canadá. 

Justo estaba estudiando la especie de colocolos, que por su distribución era el más cercano a estar emparentado con la rara especie. Tras la insistencia de Ruiz García, le envió una muestra y el resultado volvió a ser conclusivo: “no es un colocolo. Debe ser de alguno de esos tigrillos raros que aparecen de vez en cuando”, le repitió el investigador. Para ese momento, ya habían pasado cuatro años desde la primera vez que estudió la piel. 

Solo en el 2009 se publicó el artículo que trabajó con el investigador peruano. La cuestión de la posible nueva especie quedó archivada por varios años en sus trabajos. Y solo desde el 2015, volvió a los tigrillos. Otra vez –como en el principio– la investigación de una estudiante sugirió el análisis de la rara piel.

“Con una estudiante de doctorado decidimos hacer un análisis comparativo de cinco de las seis especies de felinos que viven en Colombia. Las comparamos con muestras procedentes de Centroamérica y otros países de Suramérica”. 

Entre esas muestras estaba la del gato manchado de Villa de Leyva. Después del trabajo de laboratorio, Ruiz García tomó los datos compilados por su estudiante e hizo un trabajo matemático a través de un software, que le reveló una verdad buscada por varios años: este individuo apareció en los árboles filogenéticos como algo que no se comportaba como ninguna otra especie del género Leopardus hasta ahora conocida en Latinoamérica

“Su aspecto morfológico era diferenciado respecto a lo que ya conocíamos. Pero, por fin, tuvimos la primera gran evidencia de que no era ningún colocolo, ningún tipo de tigrillo ni cualquier gato raro que aparece de vez en cuando”. 

¿Qué se puede conocer de este nuevo felino?

Es una especie que está más emparentada con una especie chilena (Leopardus guigna) y con Leopardus geoffroyi, que es un pequeño gato manchado que se encuentra en Bolivia, en el norte de Argentina, el sur de Brasil y parte de Uruguay. Pero es claramente diferente de ellas. No es solo el parecido físico, sino la cantidad de genes analizados. Sabemos que esta presunta nueva especie debió divergir aproximadamente entre un millón y millón y medio de años (durante el Pleistoceno) de otras formas de felinos, concretamente de los ancestros de Chile, Bolivia y Argentina. Hoy en día se descubren, supuestamente, muchas especies, pero lo que yo creo es que son “perros con diferentes collares”, es decir, animales que ya se conocían y que rebautizan con diferente nomenclatura, porque ya se puede hacer una descripción más precisa de las nuevas especies. 

En cambio, en este caso es algo que pasó desapercibido. Es un pequeño felino manchado que se asumió que era un tigrillo. 

¿Se han hallado otros ejemplares? 

Encontré un segundo ejemplar con las mismas características físicas en el Museo de Historia Natural de la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador en Quito. Allá tienen otra piel de animal que es idéntica a esta piel que hemos analizado, ellos ya me enviaron muestras y espero que en los próximos meses también la podamos estudiar para ver si los resultados coinciden con este ejemplar del Humboldt. 

La distribución de esta nueva especie sería la zona de Pasto y el norte del Ecuador. Hasta el momento, son las únicas dos pieles que tienen esas características que he encontrado en los diferentes museos. 

¿Qué falta para considerarlo una nueva especie? 

En este momento, nosotros escribimos la publicación correspondiente. Está pasando bajo la revisión de la reconocida revista digital Plos One. Todavía no tenemos los comentarios. 

El artículo también abarca el hecho de que dentro de lo que denominamos tradicionalmente tigrillo puede haber de cuatro a cinco especies diferentes, que en este caso sí serían animales ya conocidos por la ciencia, pero que tendríamos que cambiarle el nombre científico para adaptarlos a los nuevos resultados genéticos.

¿Se le ha observado en el medio natural?

Los trabajadores en campo tendrían que utilizar cámaras trampa en zonas cercanas al volcán Galeras, para ver si se puede identificar algún animal vivo. Lo único que sabemos de las dos pieles es que fueron recolectadas a finales de los años 80 y principios de los años 90. No tenemos ningún registro fidedigno de que a esta presunta nueva especie alguien la haya visualizado en la naturaleza. 

Para conocer de su comportamiento, tendríamos que haber tenido algún animal en cautiverio o que se le hiciera un seguimiento a través de un radio collar. Por ahora, lo único que podemos saber es hace cuántos millones de año se separó su linaje. 

¿Qué lo mantuvo interesado durante 16 años en el estudio de esta especie? 

Siempre pensé que era diferente. Mi gran duda al principio era que fuera un híbrido. En el caso de los felinos, incluyendo los leones, los tigres y los jaguares, todos son muy homogéneos cromosómicamente, por eso se pueden hibridar leones con tigres. Por eso, siempre quise ser conservador con esta piel. No me arriesgué a decir que era una nueva especie. 

Y pasaron los años, vinieron otros museos, países, investigaciones, muestras, pero seguía inquieto: algo distinto había visto esa vez en Boyacá. Pero con esos datos moleculares de los últimos dos años ya lo puedo decir con tranquilidad. Es algo diferente. Dicen que para hacer ciencia, se necesita paciencia. Y eso me pasó.

sábado, abril 29, 2017

Bacterias recuperarían suelos afectados por incendios


Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira identificaron dos bacterias del género Bacillus, a saber, la B. mycoides y B. megaterium, altamente asociadas a la solubilización de fósforo, es decir, lo hacen disponible para que las plantas puedan tomarlo como nutriente.
Se determinaron tres géneros de microorganismos de rápido crecimiento y colonización con potencial para biorrestaurar los suelos de Tuluá, Cali, Jamundí y Yumbo.

Para lograr la identificación de las bacterias se realizaron ocho salidas de campo y tomaron nueve muestreos de zonas donde se presentaron incendios recientes y no recientes en los municipios de Santiago de Cali, Yumbo, Jamundí y Tuluá.

Las muestras de suelos fueron analizadas según estudios físicos, químicos, biológicos, microbiológicos y moleculares para identificar las condiciones de los mismos. Una vez se encontraron las diferentes especies de microorganismos (bacterias) fueron caracterizados a nivel molecular mediante secuenciación, además de realizar una descripción morfológica a cada una de las bacterias. 
Los incendios “pueden presentar temperaturas que van desde los 100 grados centígrado (°C) a más de 500 °C, de acuerdo a diversos factores como la combustibilidad (facilidad de incineración) de la vegetación”, precisa Adriana Martínez Arias, investigadora asociada al proyecto de la U.N. Sede Palmira.
Esas altas temperaturas ocasionadas por las conflagraciones modifican la estructura de los suelos (los deforman) y volatiliza algunos elementos de importancia para el crecimiento y desarrollo de las plantas, como la materia orgánica.
En este sentido, las bacterias cumplen un papel de recuperación de terrenos a través de sus procesos de fijación de nitrógeno (N), ya que dicho elemento representa el 78 % del total del aire en el ambiente, y al ser integrado en el suelo permite el crecimiento de las plantas.
En el estudio se estableció además que la Burkholderia sp. interactúa específicamente con las raíces de las plantas, promueve la protección contra patógenos y forma nódulos en leguminosas, adaptados a condiciones adversas y que también fijan el nitrógeno atmosférico en pastos tropicales (Paspalum y Digitaria)”, explica Rubén Darío Rojas Pantoja, uno de los investigadores asociados al grupo de investigación, conformado por estudiantes de pregrado, maestría y doctorado.
Por su parte la Rhizobium sp., también reportada como fijadora de nitrógeno atmosférico en el suelo, presenta la capacidad de disolver las fuentes de fosfatos inorgánicas, además mejora la producción de brotes, longitud de la raíz y contenido de materia seca en las plantas inoculadas, lo cual favorece el crecimiento de las plantas, según referencias teóricas.
Esta identificación sería una alternativa potencial para hacerle frente a los intensos incendios evidenciados en el Valle del Cauca durante el fenómeno El Niño, que tantos estragos causó en el país.
Precisamente, para atenuar tal situación, se estableció un convenio entre la CVC y la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira, titulado “Apoyo para la gestión del riesgo de incendios forestales del Valle del Cauca”. El funcionario Fabio Calero es el enlace con la entidad ambiental y por la Universidad, el doctor en Ciencias Agrarias, Jaime Eduardo Muñoz.
Se escogió a “la Universidad porque tiene un equipo de formación interdisciplinaria que permite aprovechar la experiencia investigativa potencial, propia de la Institución”, comenta Calero.
En este sentido, el profesor Muñoz es quien desarrolla el proyecto “Determinación de bioindicadores que evidencien la evolución de la recuperación de la calidad del suelo, con base en métodos de análisis espacio-temporales en áreas afectadas por incendios forestales”, desde el Grupo de Investigación Diversidad Biológica.
“Este es un tema del que poco se ha investigado en Colombia y donde la biología molecular puede realizar un importante aporte para establecer estrategias de conservación y recuperación de suelos afectados por incendios forestales”, concluye Rubén Darío Rojas Pantoja, uno de los ocho investigadores asociados al grupo de investigación.


Ganancia genetica esperada en Teca, Cordoba, Colombia

El departamento de Córdoba (Colombia) programó plantar 200000 ha forestales para el 2025. La teca se priorizó por su adaptación, calidad de madera y valor en los mercados asiáticos. El objetivo del estudio fue estimar la ganancia genética esperada en la selección fenotípica de árboles plus, en 5316 ha comerciales de teca en Córdoba para el diámetro a la altura del pecho, altura comercial, volumen comercial y calidad del fuste. La selección se basó en la evaluación fenotípica del árbol candidato.



El estudio sugiere un progreso genético significativo en el mejoramiento de Tectona grandis en Córdoba. De acuerdo con Zobel & Talbert (1984) y Xavier et al. (2009), este avance integrado con el proceso de silvicultura clonal, con los mejores árboles élites, puede constituir el complemento ideal de un programa de mejoramiento genético para esta especie. Adicionalmente, hace prever un aporte importante a la productividad, la competitividad y la sostenibilidad de la producción forestal en el departamento, de acuerdo con las exigencias de calidad del mercado internacional al que se pretende llegar. No obstante, es necesario corroborar este progreso genético, mediante ensayos genéticos apropiados en varias zonas productoras de Córdoba.

El desarrollo de las tecnologías de propagación in vivo ha permitido grandes progresos en el cultivo de eucaliptos en el mundo (Xavier et al. 2009), donde la productividad avanzó de 200 m3 ha-1 en la década los años setenta, hasta superar actualmente la barrera de los 400 m3 ha-1 en el ámbito operativo, con resultados de investigación que superan los 500 m3 ha-1 en 7 años. Estos resultados son el producto de la visión de las plantaciones como un cultivo, en el que confluyen tres componentes vitales: suelo + semilla + manejo (Murillo & Badilla, 2005). Sin embargo, los principales problemas para la producción forestal en el país y en el departamento Colombia Forestal de Córdoba, específicamente con T. grandis, radican en: bajo rendimiento; escasez de semilla (sexual o asexual) como material base para atender la demanda de siembra; dificultad para importar semilla (sexual o asexual) mejorada para siembra; como parte de la ausencia de un programa de mejoramiento genético en la región (CFC 2000)

El éxito de un programa de mejoramiento genético depende de la calidad y la intensidad de selección (rigor) de los árboles parentales. Las ganancias esperadas dependen tanto del control genético de las características de interés como de la variabilidad existente en la población (Zobel & Talbert 1988, Balcorta & Vargas 2004). La heredabilidad en sentido estricto y el diferencial de selección son útiles para predecir la respuesta de la selección en especies forestales (Zobel & Talbert 1988). El diferencial de selección es importante porque está altamente correlacionado con la ganancia genética, que es el fi n de un programa de mejoramiento genético (Balcorta & Vargas 2004)

Al seleccionar y clonar los dieciocho mejores árboles plus A con base en el IS, se espera obtener ganancias genéticas de 5.52%; 17.50%; 41.71% y 9.59%, para los caracteres DAP, hCOM, VolCOM y CALI, respectivamente. Los resultados obtenidos sugieren un progreso genético y económico significativo en el mejoramiento de Tectonagrandis en Córdoba. 

Los 46 árboles plus localizados en el departamento de Córdoba constituyen una base genética relativamente pequeña, insuficiente para sustentar un programa de mejoramiento genético a largo plazo con esta especie. Es absolutamente imprescindible realizar esfuerzos por introducir nuevas procedencias y realizar intercambio de germoplasma, a fin de ampliar la base genética de este programa. Es necesario comprobar este gran potencial de mejoramiento genético, mediante ensayos genéticos en varias zonas productoras de Córdoba.

El objetivo de este trabajo fue estimar la ganancia genética esperada, con base en la selección fenotípica de los mejores 46 árboles plus seleccionados en 5316 ha de teca, de plantaciones comerciales del departamento de Córdoba, como parte del desarrollo de un programa de mejoramiento genético con esta especie en dicho territorio. 


Fuente: Revista Universidad Distrital Francisco Jose De Caldas

viernes, abril 28, 2017

52 CONGRESO NACIONAL DE CIENCIAS BIOLÓGICAS EN LA CIUDAD DE CALI EN EL 2017

La Bioinformática se encuentra en la conjunción de las ciencias biológicas con las ciencias de la información. Es un campo científico multidisciplinario que se propone la investigación y el desarrollo de sistemas que faciliten la comprensión del flujo de información desde los genes a las estructuras moleculares, su función bioquímica, su conducta fisiológica y cómo es su influencia en las enfermedades y en la salud.





Entre los principales factores que han fortalecido el desarrollo de esta disciplina, se encuentra el impresionante volumen de datos sobre secuencias generadas por los distintos proyectos genoma, tanto el humano como el de otros organismos; los genomas individuales (mutaciones, polimorfismos), los enfoques celulares (expresión génica); así como el desarrollo de Internet y la WEB, que permite el acceso mundial a las bases de datos de información biológica. 















Diversidad genética forestal en peligro

La biodiversidad en recursos genéticos forestales es esencial para mejorar la productividad de especies forestales y el valor nutricional de los alimentos que producen, entre los que se incluyen hortalizas de hoja, miel, frutas, semillas, frutos secos, raíces, tubérculos y setas. 



La diversidad genética permite a los genetistas aumentar su producción en calidad y cantidad. Una amplia variabilidad en los rasgos deseables, tales como el tamaño del fruto, la velocidad de crecimiento, la composición del aceite y la proporción de pulpa son requisitos previos para obtener y domesticar especies arbóreas mejoradas.

Al mismo tiempo, esta diversidad es necesaria para garantizar que los bosques puedan adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales, incluidas las derivadas del cambio climático, a la vez que fortalece su resiliencia frente a factores de estrés, como plagas y enfermedades. 
Además, la inclusión de diversas variedades de árboles en los sistemas agroforestales puede reducir los riesgos de producción de los agricultores y proporcionar nutrientes a los consumidores de todo el año, según destaca el informe. 

Importancia de la diversidad

La contribución de los bosques y los árboles para impulsar la seguridad alimentaria, reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible, depende de la disponibilidad de una gran diversidad de especies arbóreas. 

Ocho mil especies forestales  

El informe abarca 8000 especies de árboles, arbustos, palmeras y bambú que se encuentran entre los más utilizados por los seres humanos. Sin embargo, se calcula que en el mundo existen entre 80.000 y 100.000 especies arbóreas. 

De ese total, alrededor de 2.400 (en torno al 3 por ciento) son gestionados de forma activa por los productos y servicios que ofrecen.Tan sólo unas 700 especies se han mejorado de forma activa a través de la selección o el fitomejoramiento, lo que significa que menos del uno por ciento de todas las especies arbóreas existentes se evalúan para aumentar la producción y la capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales de plantación, o figuran en programas de selección o mejora genética. 

jueves, abril 27, 2017

Levaduras frenan un hongo que enferma las rosas

Las levaduras filosféricas –aquellas que pueden sobrevivir sobre las plantas en diferentes entornos ambientales– se constituyen en una nueva alternativa para combatir esta problemática que podría comprometer la exportación de rosas, actividad que le reporta a Colombia alrededor de 1.500 millones de dólares al año.



Así lo explica el profesor Daniel Uribe Vélez, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien amplía que microorganismos como la Rhodotorula mucilaginosa se “anticipan” al hongo, es decir que le quitan el espacio y los nutrientes necesarios para que este germine y colonice las diferentes partes del rosal.

Otra línea de investigación en desarrollo, liderada por el profesor Uribe, también sugiere que bacilos (bacterias que se encuentran en diferentes ambientes) como el Bacillus amyloliquefaciens generan esporas (estructuras de resistencia producidas por hongos, bacterias y plantas, que aumentan su tiempo de permanencia en campo) o compuestos antimicrobianos que, a su vez, inhiben los efectos perjudiciales del Botrytis cinerea.

Según el investigador, “con estos avances podemos pensar en la creación de uno o varios compuestos que combatan un hongo que, por otro lado, perjudica distintos cultivos como fresas, moras, mangos, tomates y hortalizas”.

De igual manera se combatiría una enfermedad que está castigando en gran medida uno de los principales productos de exportación del país. El profesor Uribe resalta que, por ejemplo, si las autoridades norteamericanas ven una rosa dañada, pueden rechazar todo el contenido en puerto antes de entrar al país, lo que le genera grandes pérdidas al productor nacional.

Por otro lado, las levaduras y los bacilos se pueden constituir en una alternativa o complemento a los tratamientos con compuestos químicos, pues algunas cepas de los hongos ya se han vuelto resistentes a estos productos.

Esto se enmarca en una iniciativa que busca implementar en el mundo un manejo adecuado de los recursos naturales en la producción agrícola.

Con el fin de escoger los microorganismos más efectivos, inicialmente los científicos seleccionaron, en el caso de las levaduras, 200 aislamientos para las pruebas de laboratorio.

Allí evaluaron su efectividad a la hora de mitigar los efectos del Botrytis cinerea y su resistencia a diferentes condiciones ambientales, tales como nivel de pH, temperatura y tolerancia a luz ultravioleta.

Después de ejecutar estas pruebas se fueron eliminando algunas levaduras hasta determinar las tres más eficaces, entre ellas la mencionada Rhodotorula mucilaginosa.

En el caso de la bacteria, hasta ahora las pruebas han llegado a una fase final con 12 cepas promisorias.

Los resultados de esta investigación fueron publicados en el artículo científico “Prototipo de formulación a base de Rhodotorula mucilaginosa para el control de Botrytis cinerea en Rosas”, disponible en la Revista Colombiana de Biotecnología de la U.N.

Además del investigador Uribe, en el estudio participaron el profesor Helber de Jesús Barbosa Barbosa, del Departamento de Farmacia de la U.N., y Jessica Paola Bautista Silva, estudiante de maestría del Instituto de Biotecnología. (Fuente: UN/DICYT)



miércoles, abril 26, 2017

Cuando cortarse y rasparse es un peligro

La hemofilia es una patología que impide la coagulación de la sangre. Por eso, quienes la padecen están en constante peligro de presentar hemorragias y sangrados incontrolables.

La hemofilia afecta en el 95 por ciento de las veces a los hombres. Foto: Semana

Una simple lesión, sonarse muy fuerte e incluso sangrar por las encías pueden ser situaciones muy peligrosas para quienes padecen de hemofilia, una enfermedad genética que impide la producción de la proteína esencial para la coagulación. También se le conoce como la enfermedad de los reyes, pues sus pacientes más famosos han pertenecido a diferentes casas reales de Europa. La portadora fue la Reina Victoria, quien heredó la mutación del gen a varios de sus nueve hijos y 42 nietos.

Precisamente, la hemofilia es hereditaria, transmitida por el cromosoma X de la madre portadora, pero que afecta en el 95 por ciento de los veces a los hombres, explica el hematólogo Sergio Robledo Riaga, presidente de la Liga Colombiana de Hemofílicos, quien agrega que “se descubre cuando el niño empieza caminar porque cuando se cae, se hace hematomas que no le curan o también, porque hay antecedentes en la familia”. 

Los síntomas son diversos, pero el principal es el sangrado prolongado por largo tiempo. Cuando se presentan hemorragias internas en articulaciones, músculos y órganos, pueden ocasionar dolores extremos e incluso ser fatales al derivar en una pérdida de sangre mortal. “La hemorragia articular, que es la hemartrosis, si se vuelve crónica puede destruir las articulaciones y generar artritis muy temprana, que incluso puede dejar al paciente en situación de discapacidad”, dice Robledo.

Según datos de la Federación Mundial de Hemofilia (FHM), esta patología la padecen unas 400.000 personas en todo el mundo. Por su baja incidencia se le considera una enfermedad rara y huérfana, pues aún no tiene cura y afecta durante toda la vida a su portador. Sin embargo, cada día se conoce más sobre ella y, de hecho, ahora se sabe que no solo los hombres padecen sus síntomas, sino que algunas mujeres también presentan sangrados abundantes durante sus periodos y hematomas que no sanan.

Como se trata de una enfermedad genética, aseguran los expertos que los tratamientos para controlarla e incluso curarla van por el camino de la edición de genes para corregir el fallo en el cromosoma. Pero, mientras llega ese futuro esperanzador los esfuerzos están dirigidos a tratar los inhibidores, que son una de las formas más comunes de complicaciones del tratamiento de la hemofilia. “Hay dos grandes formas de tratar la enfermedad: una, si el paciente se golpea se pone el factor (que es la proteína que falta para la coagulación) de una vez para normalizar la sangre o la otra, es que se aplica el factor de dos a tres  veces por semana constantemente para los niños”, explica Robledo.

Esta enfermedad se divide en un tipo A, que es el déficit de las proteínas factor VIII y que afecta a la mayoría de pacientes y la del tipo B, que presenta inconsistencias en el factor IX y es mucho menos común. Según la FMH, 1.812 personas viven con esta enfermedad en Colombia, siendo la del Tipo A la más común. En el país, el tratamiento de esta patología está cubierto por el Plan Obligatorio de Salud, sin embargo, dice Robledo, hace falta un tratamiento más integral de la enfermedad: “lo que se quiere hacer es que se incluya la educación, el ejercicio, para que las personas aprendan que la hemofilia es una condición que tiene manejo y que con el tratamiento adecuado sus pacientes pueden vivir normalmente y ser productivos para la sociedad”.

Los cuidados cotidianos son importantes en esta enfermedad. Lo principal, explica el experto, es aplicar el medicamento, pues el promedio de vida sin tratamiento es de 12 años. Adicionalmente, se recomienda ejercicio y practicar deportes que no tengan contacto como la natación o caminar. Y, “educar al niño para que se cuide de no generar situaciones que hagan que sangre más”, concluye Robledo.

Este 17 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Hemofilia y el llamado de las organizaciones que vigilan la enfermedad es a educarse y conocer más sobre esta condición, así como hacer un énfasis en la atención a las madres portadoras, pues ellas no solo son el soporte de los niños con esta condición, sino que también presentan síntomas y su atención muchas veces es olvidada. También, a incentivar a las mujeres a realizarse las pruebas genéticas, pues un diagnóstico temprano garantiza una mejor calidad de vida para los pacientes y que la puedan llevar sin limitaciones. 

FUENTE: SEMANA

martes, abril 25, 2017

El ICA realiza plan de acción y control de vacunación contra la rabia silvestre en el Putumayo

La modalidad más común de la transmisión del virus de la rabia es la mordedura.


foto: revistaagrollanos.com


  • En Colombia, en la mayoría de casos reportados históricamente al ICA, los murciélagos hematófagos son los transmisores de la rabia silvestre.
  • Los murciélagos hematófagos o vampiros se alimentan exclusivamente de sangre.
  • La transmisión del virus de la rabia, empieza generalmente cuando la saliva infectada de un huésped pasa a un animal no infectado. La modalidad más común de la transmisión del virus de la rabia es la mordedura.

El ICA mediante la atención de las notificaciones de los productores pecuarios y visita de inspección en el departamento del Putumayo, detectó la presencia de siete focos de rabia de origen silvestre, enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluyendo al hombre. Es por esto que la Entidad está ejecutando el plan de acción y seguimiento de la enfermedad, en articulación con la Secretaria de Salud Departamental y con el apoyo del Ministerio de Agricultura.

El ICA hizo pruebas de histopatología e inmunofluorescencia directa, en muestras de tejidos de siete animales muertos que presentaban sintomatología de cuadro neurológico. Así confirmó la presencia del virus rábico en los animales  que estaban ubicados en los municipios de San Miguel, Puerto Caicedo, Puerto Asís y Villagarzón del Putumayo.

La rabia silvestre infecta a los animales de producción primaria como bovinos, equinos, ovinos, caprinos, porcinos, y domésticos como caninos y felinos,  e infecta su sistema nervioso central, causándoles la muerte. Se considera además una de las principales enfermedades zoonóticas, es decir, que se transmite de los animales a las personas.

La rabia requiere medidas de prevención inmediatas, es por esto que el ICA realiza diferentes actividades para mitigar la proliferación del virus.

“Junto al veterinario líder de la seccional ICA en Putumayo, Germán Arellano, hicimos dos jornadas de captura de murciélagos hematófagos. Un grupo fue enviado al laboratorio de análisis del ICA en Bogotá, para confirmar la presencia del virus en los murciélagos, y el otro grupo fue liberado con el tratamiento apropiado que se hace a estos animales, que consiste en la aplicación de una pomada anticoagulante, cuya función es envenenar a otros murciélagos de la colonia.” Mencionó Juan Pablo Vásquez, médico veterinario, líder nacional del programa de rabia de origen silvestre del ICA.

Cabe destacar que por un murciélago liberado con el tratamiento de pomada anticoagulante, éste puede envenenar hasta 20 murciélagos de la misma colonia, ya que estos animales suelen acicalarse entre sí.

Además de las prácticas de captura de los murciélagos hematófagos, las estrategias del ICA se fundamentan en el ejercicio de actividades de comunicación a la población del Putumayo, para capacitarlos en educación sanitaria, reconocimiento de la enfermedad y toma de medidas de prevención y control.
 
El proceso a seguir, consiste en la vacunación sistemática y masiva de bovinos ubicados en las áreas de riesgo.
 
Como estrategia de colaboración a las actividades de la Secretaría de Salud Departamental, los funcionarios del ICA, en alianza con los médicos veterinarios de la entidad, se desplazarán hacia la zona rural del Putumayo para cubrir las necesidades e incrementar la cobertura de vacunación de animales.

"Tenemos programado empezar con la supervisión del ciclo de vacunación de Fiebre Aftosa y Rabia silvestre, en mayo de 2017. El objetivo es que todo el departamento del Putumayo quede cubierto con la vacuna bivalente para estas dos enfermedades. La vacuna será donada por el Ministerio de Agricultura, y el ICA como autoridad sanitaria supervisará que todos los animales del departamento sean vacunados para prevenir índices de mortalidad.” Precisó el médico líder veterinario, Juan Pablo Vásquez.

imagen tomada: wiki Colombia
Todo el departamento de Putumayo recibirá la vacuna asociada Aftosa-Rabia, así mismo, la articulación del ICA con la Secretaría de Salud Departamental también contribuye al ejercicio de llegar a la población humana expuesta a este virus, y así evitar casos letales.

El ICA solicita a la comunidad, que ante cualquier evidencia de la enfermedad notifique de manera inmediata al ICA, ya que como autoridad sanitaria, es deber del Instituto velar por la sanidad pecuaria del país.

lunes, abril 24, 2017

El Jardín Botánico celebra 45 años de existencia


Con dos exposiciones, un recorrido, un simposio y un nuevo sendero celebrarán los nueve lustros.


Jardin Botanico de Medellin - Colombia.com 
Hoy se conmemoran los primero 45 años de existencia del Jardín Botánico de Medellín Joaquín Antonio Uribe, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad en materia de naturaleza con sus 13,2 hectáreas de terreno.

“Tenemos la misión de la investigación y conservación del recurso de la flora de Colombia y Antioquia, y en esto trabajamos de la mano de la educación y la cultura”, comentó Gina D’Amato, directora de Educación del Jardín Botánico.Por eso, para celebrar este cumpleaños, la institución planeó varias actividades.

En primer lugar, a finales de mayo, se inaugurará la exposición ‘El valor de las plantas’ enfocada en la exploración de cómo la diversidad botánica ha sido plasmada en los billetes de diferentes partes del mundo. 


“Lo que queremos con esto es hacernos la pregunta de cuánto vale una planta, un árbol y que a veces creemos que simplemente está ahí”, dijo D’Amata.

"Lo que queremos con esto es hacernos la pregunta de cuánto vale una planta, un árbol y que a veces creemos que simplemente está ahí."

Igualmente, el próximo mes, el Jardín abrirá por primera vez al público el ‘Jardín de plantas prehistóricas’, un sendero único en Colombia, que acerca al público a las zamias y cícadas, plantas que existen desde la época de los dinosaurios.

Al respecto, D’Amato dijo que es importante dar a conocer esta investigación al público para que los ciudadanos aprendan a disfrutar y cuidar de estos entornos.


Por otro lado, la celebración de los 45 años también incluirá recorridos con la Red de Huerteros de la ciudad para acercar a las personas a la producción y conservación de alimentos saludables.

Por último, de la mano del Observatorio de Bosques Andinos de Antioquia, se realizará un simposio y exposición para divulgar el estado de estos bosques y las acciones de conservación realizadas por el programa.


domingo, abril 23, 2017

La ciencia de la nutrición inteligente

Suplementos alimenticios capaces de impactar el organismo a nivel celular.



Más de dos décadas de experiencia, un equipo científico inspirado por el fundador de la compañía y millones de dólares invertidos en investigación e innovación, integran la fórmula para crear suplementos alimenticios capaces de impactar el organismo a nivel celular y entregarle al cuerpo humano lo que verdaderamente necesita para su nutrición.

Myron W. Wentz es el creador de USANA, una compañía dedicada a buscar la salud verdadera a través de suplementos nutricionales, productos energéticos y para el cuidado de la piel, de la mejor calidad, que se adaptan a las necesidades nutricionales y de salud de cualquier persona.

“Los productos fueron creados para quienes entienden la importancia de nutrir el cuerpo a escala celular, con los suplementos adecuados. Cada uno de ellos fue diseñado para ayudar a formar defensas y mejorar su salud”, asegura Carlos Pastrana, Gerente General USANA Health Sciences Colombia.

El alto ejecutivo de la firma establecida con sede en Utah, Estados Unidos, agrega que Colombia es uno de los principales mercados para expandir su presencia en la región, apoyados en la filosofía de su fundador que promueve el concepto de “más salud, más bienestar. “Hace cuatro años entramos y hoy facturamos unos $12.000 millones anuales, con un crecimiento sostenido del 18%; por eso esta es la puerta para aperturar Suramérica”, dice.

Nutrición celular
El equipo científico de USANA, liderado por John Cuomo, Director Ejecutivo de Investigación y Desarrollo, es el que respalda el compromiso de la empresa con productos de alta calidad, dándole vida a la visión del Doctor Wentz.

“En los últimos 100 años hemos aumentado el consumo de comida industrial, que no ofrece los micronutrientes que requiere el organismo para mantenerse fuerte y saludable; por ello, es fundamental recibir esos ingredientes de alguna forma, ya sea consumiendo una cantidad considerable y variada de alimentos o a través del uso de suplementos alimenticios”, afirma Cuomo.

Para él, la importancia de suplementarse se basa en una necesidad planteada por la vida misma, por la cotidianidad que le exige a los seres humanos estar siempre activos. Sin embargo, aclara que es necesario disponer de la mejor calidad para garantizar el resultado.

Suplementos de élite

Es tal el nivel de confianza en el portafolio USANA que miles de atletas y equipos de alto rendimiento en el mundo consumen los suplementos que ofrece la compañía. “Incluso federaciones como la Asociación Femenina de Tenis WTA, donde somos el único suplemento recomendado para sus deportistas. Todo esto hace que las personas comunes aprecien sus beneficios y entiendan que si es bueno para los más exigentes, también lo será para ellos”, cuenta Dan Macuga, Vicepresidente de Marketing de USANA.

Recientemente, lanzaron al mercado CellSentials, un producto con tecnología Incelligence, que impulsa la intercomunicación entre las células y les provee información para redirigir la energía a los procesos pertinentes, en los momentos adecuados. “Es un complejo multivitamínico, multimineral, diseñado para proporcionar el número adecuado de nutrientes que permitan la comunicación celular y fortalezcan el organismo, protegiéndolo de daños como los que generan los radicales libres”, asegura el médico mexicano David Lezama, con Maestría en Biología Celular, especializado en Nutrición y Entrenamiento Deportivo, quien también enfatiza en la importancia de los suplementos enfocados a la salud y el deporte. 

En Colombia, USANA está presente en Bogotá, Tunja, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y departamentos como Boyacá y, además, patrocina con sus productos desde hace más de dos años al Team USANA, integrado por equipos de fútbol como el América de Cali, Atlético Nacional y Jaguares, que actualmente se suplementan con sus productos y divulgan sus beneficios.

USANA ofrece suplementos como barras energéticas y malteadas para cubrir de una forma práctica las necesidades de proteínas, carbohidratos y grasas de quien los consume, sea deportista de alto rendimiento o una persona preocupada por su bienestar.

Biólogo wayuu investiga la salud de las plantas

El riohachero Álvaro Pérez Quintero acaba de terminar un doctorado sobre Biología en Francia, donde investiga cómo lograr cultivos más resistentes a las bacterias.


Hablar de enfermedades en plantas o del estudio de secuencias genéticas haciendo análisis computacional es confuso para muchos, pero para Álvaro Pérez es casi que el motor de su vida.

Álvaro, de 28 años, es un joven científico nacido en Riohacha, de ascendencia wayuu. Por estos días se encuentra sustentando la tesis tras realizar estudios de doctorado en Biología Integral de Plantas en Montpellier, Francia, donde también trabaja con el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia.

“Actualmente estudio la evolución de bacterias que causan enfermedades en el arroz. Lo que permite entender cómo las proteínas ayudan a la bacteria a causar enfermedades y tratar de hacer a las plantas resistentes a las bacterias”, cuenta Álvaro, quien también es magíster en genética, y tiene pregrado en Biología, ambos en la Universidad Nacional.

Desde pequeño sintió curiosidad por la naturaleza, aunque su interés no era la biología sino la medicina. Él mismo se define como “el nerd del colegio”. 

Cuenta que “el interés surgió cuando estaba en bachillerato. Hice parte del programa Ondas de Colciencias, un programa que da financiamiento a proyectos de estudiantes con el proyecto para entender cómo la contaminación en las playas podía influencias las poblaciones de cangrejos en Riohacha”.

Al final fue su profesora quien lo motivó por la biología, y una vez dentro del área “me interesé en la genética, sobre todo en la bioinformática, que es el estudio de secuencias genéticas haciendo análisis computacional”.

Sangre wayuu

Aunque no habla la lengua y nunca vivió en una ranchería, Álvaro se considera de sangre wayuu. “Me enorgullece hacer parte de la etnia wayuu, cada vez que voy a un laboratorio digo que vengo del norte de Colombia y de la población wayuu”, asegura. En mayo empezará un trabajo de postdoctorado de al menos un año estudiando defensa contra bacterias en plantas utilizando micro ARN en París, Francia, “y luego ya veremos”, dice.

Apoyar su departamento y su cultura también está presente en su día a día. De hecho, en estos momentos trabaja para hacer que las plantas sean resistentes a ciertas enfermedades, enfocado en las enfermedades de África. 

“Siempre tengo muy presente que estoy trabajando para gente que de verdad lo necesita, y me recuerda a La Guajira, que es una zona desértica. Me gustaría que algo de lo que yo trabaje se pueda emplear para mejorar los cultivos y la calidad de vida de muchas personas, ese es el sueño a largo plazo”, indica.

Sus padres, María Rosa Quintero y Róbinson Pérez, siempre han respaldado las decisiones de su hijo. “Cuando terminé bachillerato, El Cerrejón me ofreció una beca para estudiar lo que quisiera en la universidad que escogiera. Mis papás nunca me cuestionaron la carrera que escogí, y a lo largo de los años me han demostrado que están orgullosos de lo que he hecho”.

Aunque recuerda que “estuvieron tristes cuando me fui de Colombia, pero sabían que era para desarrollar mi carrera, y aunque no entiendan mucho lo que hago, siempre me han apoyado”.A mediados del 2013 se mudó a Francia, pero antes ya había pasado una temporada fuera del país –Estados Unidos e Irlanda–, donde hizo prácticas. Asegura que en Colombia se hace ciencia, “y se hace ciencia buena”, pero el problema “es que no se hace mucha”.

En el país, considera, hay poca visibilización de los científicos. “Muchos con los que estudié el pregrado están en todas partes del mundo y les va muy bien. En todos los laboratorios donde he llegado la gente siempre habla muy bien de colegas colombianos con los que han trabajado”, asevera, señalando que él es uno de muchos “trabajando por amor a la ciencia”.


Pasión y dedicación 

En sus planes no está aún ser papá o tener esposa, su camino va de la mano de la ciencia, aunque es claro en decir que también deja “un espacio para la diversión”.“Quiero estar tranquilo”, es su respuesta sobre sus deseos personales. 

Afirma que la ciencia “es un medio bastante competitivo donde la gente se mata por sobresalir y yo quiero trabajar a mi ritmo”. A nivel profesional le gustaría conseguir un puesto en una universidad, enseñar a estudiantes, hacer investigaciones “y seguir aportando poco a poco mi grano de arena a la ciencia”. 

“Me gustaría volver a Colombia. Por el momento no lo tengo planificado, pero en cuanto vea que hay una universidad no me molestaría aplicar para eso”, confiesa.Por lo pronto sueña con un mejor país, donde lo que él llama “la cultura del vivo” desaparezca y “seamos un país que reflexione antes de hacer las cosas”

“Me gustaría que Colombia fuera un país más científico y menos religioso. Un país que lea, que se enorgullezca de leer, de la ciencia, que no sea antiintelectual, que se fomente la educación y la ciencia y dejar de ver las cosas desde un punto de vista utilitarista”, señala.

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