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miércoles, noviembre 30, 2016

El arroz “milagroso” que atajó parte del hambre en Asia

Archivo EFE

Hace medio siglo se lanzó en Filipinas una variedad de arroz de pequeño tamaño y alto rendimiento que ayudó a sacar a millones de personas del hambre y la pobreza en Asia dentro de la conocida como “Revolución Verde”.


En la sede del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI), el científico Peter Jennings, que lideró el equipo que desarrolló lo que se denominó IR8, lo recuerda como un “tsunami”.

“Se llevó por delante 400 años de variedades reemplazando un tipo de arroz por otro. No conozco nada parecido en la producción de cultivos”, dijo este martes con ocasión del 50º aniversario de su presentación.

A su juicio, antes nadie había entendido que con un “simple control genético” se podía lograr el tamaño corto de una variedad.

Fue algo casi fortuito. Jennings iba caminando por una finca de plantas derivadas de cruzamientos que habían realizado entre variedades de arroz de Taiwán, China e Indonesia cuando observó que tras la relación de plantas altas y bajas había un único gen que determinaba la estatura baja.

El equipo de IRRI siguió seleccionando las variedades más prometedoras, entre ellas una designada como IR8, y las probaron en varios países.

Esa en concreto fue la que mejores resultados dio y su potencial de rendimiento quedó demostrado en 1966 cuando dio una media de 9,4 toneladas de arroz por hectárea, frente a la tonelada que se solía obtener en Filipinas.

El director del centro de investigación, Matthew Morell, explicó a Efe que al ser una variedad corta “la mayor parte de la energía para la fotosíntesis para producir azúcar iba al grano en vez de ir más a las hojas”.

Un aumento energético en el grano que también se notaba al aplicar fertilizantes en la planta pequeña, ya que el rendimiento era “mucho mayor” y el uso de esos químicos “más eficiente”, destacó.

Entonces se multiplicaron las semillas y se entregaron gratis kilos de IR8 entre los agricultores filipinos.

Dicha variedad, pronto bautizada como el “arroz del milagro” en la prensa local, se introdujo con distintos nombres en otros países como Vietnam, donde los agricultores la llamaron “Honda” porque permitió a uno de ellos comprarse una motocicleta de esa marca.

En la India entró en el mercado al mismo tiempo que se promovía la variedad “Jaya”, también de alto rendimiento, en una época en la que el continente asiático vivía amenazado por la hambruna.

Con la información disponible, los investigadores aprendieron a mejorar las variedades con más facilidad, según Morell, quien consideró que “la genética pasó a utilizarse en todo el mundo y se incorporó en los programas de mejoramiento de plantas, lo que ha dejado efectos que han durado en los últimos cincuenta años”.

El arroz IR8 representó una de las innovaciones tecnológicas con las que muchos agricultores asiáticos pudieron ganar en productividad y aumentar sus ingresos durante la denominada “Revolución Verde” de las décadas de 1960 y 1970, que en otras partes como África no tuvo apenas impacto.

Sin embargo, esa variedad no resistía determinadas pestes ni su aspecto blanquecino convencía del todo a los consumidores, que preferían otras.

Además de intentar retocar esos defectos, los científicos están centrados actualmente en todo lo relacionado con el estrés de las plantas, ya sea en forma de sequía, exceso de agua o salinidad, lo que combinan con la lucha contra las bacterias, los hongos y demás amenazas.

Para otro experto de IRRI, Abdelbagi Ismail, el banco de genes de arroz y los marcadores moleculares, que permiten por ejemplo rastrear segmentos del ADN de las plantas, está abriendo nuevas oportunidades en investigación.

Unos avances que, afirmó, pueden ayudar a los agricultores pobres sin muchas opciones de alimentarse y que dependen del arroz, grano básico para más de 3.500 millones de personas en todo el mundo. Redacción EFE.

FUENTE: MINUTO 30

martes, noviembre 29, 2016

Campesinos se vuelven empresarios a punta de recursos genéticos

Foto: Natalia Borrero, prensa Fondo Acción

Planeta es la única empresa de Vigía del Fuerte, en el Urabá antioqueño, que ha desarrollado productos no maderables del bosque. Después de talar el árbol de jagua durante décadas, descubrieron que su fruto se puede comercializar en las grandes empresas del país a las que luchan por llegar.

La empresa Planeta es un caso aparte. No es como tantas otras que tienen sede en Bogotá, comercian con extranjeros y reciben grandes ingresos. Para llegar a ella desde la capital hay que coger un avión hasta Medellín, una avioneta hasta el “aeropuerto”, que es un montón de pasto con una raya mal demarcada, y una chalupa para atravesar el río Atrato. Si el clima es favorable, con suerte llegará a su destino final: Vigía del Fuerte, en Urabá, Antioquia. Esta es una de las principales dificultades de la empresa: la distancia.

Nemecio Palacios, cofundador de Planeta, asegura que “de Vigía a Medellín cuesta $2.200 transportar el kilo de jagua (fruta típica de la región) en avioneta, y se demora una semana en llegar a esta ciudad, esperando que haya cupo en el avión”.

Basta caminar unas cuantas cuadras de tierra no pavimentada en Vigía para llegar al lugar de reunión de los socios de Planeta. Una casa hecha de madera que resalta en medio de las demás viviendas, pequeñas, coloridas, sin puertas, ni ventanas. Ese es uno de los pocos sitios donde a duras penas entra el internet y donde la energía es intermitente, un reto para los empresarios de Planeta que, si tienen suerte, podrán enviar correos a sus clientes antes de que los computadores se apaguen de repente.

Aun en estas condiciones de pobreza y abandono estatal, los campesinos se organizaron para darse una nueva oportunidad con la creación de Planeta. La empresa nació en febrero de este año como una revolución contra las multinacionales. Vieron cómo éstas explotaban su territorio, les pagaban minucias y se iban con la riqueza.

Entonces crearon una empresa para mejorar la calidad de vida de los habitantes y darle un mejor uso al bosque con productos no maderables. Para eso se ingeniaron nuevas alternativas: el aprovechamiento de recursos genéticos y derivados, como compuestos químicos, bioquímicos y moléculas de la flora. En especial de la jagua, una fruta comestible que crece en los bosques tropicales de Colombia y tiene un líquido azul en su interior.

“La jagua es un árbol tradicional de acá. Nuestros ancestros lo utilizaban para sacar canalete, un mecanismo de remo; cabo de hacha, que es una madera muy fina, y en la cultura indígena siempre lo han utilizado para teñirse la piel”, afirma Melkin Palacios, cofundador de Planeta. Eso quiere decir que antes destruían el árbol de jagua, pero ahora “hacemos planes de manejo para no deforestar”, añade Palacios.

En vez de talar el árbol de jagua, Planeta y la empresa Ecoflora descubrieron un nuevo uso de la desconocida fruta de jagua para dejar de maltratar el bosque. Su colorante azul se utiliza para bebidas, cosméticos e industrias de cuidado personal, y se fabrica a partir de la genipina, un compuesto químico que está adentro de la jagua. En Colombia todavía es raro escuchar que las empresas comercian con recursos genéticos o derivados, pero Planeta ya lo está haciendo con el colorante de esta fruta.

Paula Rojas, coordinadora del grupo de recursos genéticos del Ministerio de Ambiente, afirma que el proyecto de Planeta “es uno de los ejemplos más reales en materia de acceso a recursos genéticos. El problema es pasar de la producción a la comercialización”. Planeta tiene jagua por cantidades, pero los compradores se cuentan con los dedos. Nombres como Don Juan, empresa que comercializa productos, y Crepes & Waffles suenan entre los socios. Por ahora, Planeta debe enviarles a sus aliados las muestras de jagua y esperar sus visitas en Vigía.

Mientras esto resulta, usan la palma de murrapo para extraer palmitos y jugo, que sí son apetecidos entre los vecinos de la región por sus cualidades afrodisiacas. De la palma se usan dos cosas: la pulpa de fruta del murrapo para hacer el jugo y el cogoyo para sacar los palmitos blancos.

Cuando los campesinos van al monte para cosechar la palma deben usar botas pantaneras, porque el agua sube hasta los muslos y es difícil moverse entre el lodo. Una vez recolectado el palmito, le quitan las capas y lo meten en pequeños vasos que traen de Medellín luego de 12 horas de viaje en carretera. Por bien que les vaya en el mes, venden 10 vasos de palmitos, cada uno a $6.000.

A pesar de los tropiezos de Planeta, sus fundadores reconocen los beneficios que la empresa ha traído a la comunidad. El tejido social que se había perdido por el conflicto armado está fortalecido y campesinos e indígenas emberas trabajan unidos por la comunidad. Los niños, aunque descalzos, bailan hasta la noche champeta, salsa choque y reguetón, mientras los adultos se sientan a la orilla del río Atrato para conversar y despedir la luna que se oculta entre los enormes árboles.

FUENTE: EL ESPECTADOR

lunes, noviembre 28, 2016

Diplomado en Genómica Computacional y Bioinformática Online

Temario del Diplomado en Genómica Computacional y Bioinformática Online





Genómica se refiere al análisis comprensivo de los genes en el organismo, sin duda un reto importante de la biología molecular.


La forma en que la tecnología ha avanzado ha significado una enorme influencia en la investigación en ciencias genómicas. Por esta razón las ciencias computacionales han jugado un papel muy importante en los estudios de la genética actual ya que proveen herramientas y métodos críticos en la investigación genómica.



La genómica computacional busca decifrar la biologia a través del estudio de secuencias de ADN y ARN mediante análisis computacional y estadístico con el fin de resolver e interpretar problemas prácticos y formales que incluyen datos biológicos.



LA BIOINFORMÁTICA:

La Bioinformática es la aplicación de las tecnologías de la información al campo de la biología molecular. Incluye la creación y manipulación de bases de datos, uso de algoritmos y muy diversas técnicas computacionales.

Algunas de sus principales aplicaciones incluyen la minería de datos (data mining) y el análisis de los datos obtenidos del genoma (proyecto genoma humano), alineamiento de secuencias, la predicción de estructuras de proteínas y el entendimiento de redes metabólicas.

OBJETIVO

Conocer las diferentes tecnologías generadoras de datos genómicos.

Aprender a entender, interpretar, almacenar y analizar datos genómicos (secuencias de genes y proteínas, perfiles de expresión y estructuras tridimensionales entre otros), a través de
herramientas computacionales.

Utilizar las tecnologías de la información en la administración y desarrollo de los proyectos bioinformáticos dentro del campo de la genómica.

DIRIGIDO A

Profesionales con estudios en:

Ciencias computacionales, estadística, matemáticas e ingeniería.

O bien en ciencias biológicas como biología molecular, química, bioquímica y medicina, preferentemente con bases estadísticas y computacionales.


Cursando dos materias por cuatrimestre.
Asistiendo dos veces por semana.

REQUISITOS DE INGRESO

Entrevista con el Director Académico
Lectura fluida del idioma Inglés
Ciencias computacionales, estadística, matemáticas, e ingeniería. O bien en ciencias biológicas como biología molecular, química, bioquímica y medicina preferentemente con bases estadísticas y computacionales.
Presentar la siguiente documentación:
Acta de Nacimiento Certificada
Curriculum Vitae (resumido)
Comprobante del último grado de estudios (copia)
4 fotografías tamaño infantil de frente en blanco y negro



domingo, noviembre 27, 2016

Bioinformática en el análisis de secuencias genéticas para la Universidad de la Amazonía

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Alrededor de 25 estudiantes de últimos semestres de biologíade la Universidad de la Amazonia, Florencia - Caquetá, culminaron exitosamente el curso en Bioinformática para el análisis de secuencias genéticas, donde desarrollaron capacidades de análisis en secuencias de ADN desde una perspectiva teórico-práctica.
El curso tuvo una intensidad de 16 horas. Estuvo compuesto por cuatro módulos distribuidos en dos días, y los temas en los que se capacitaron los estudiantes fueron:
  •  Conceptos en Biología molecular y fundamentos de tecnologías en Next                  Generation        Sequencing y Ómicas
  •  Introducción a Linux y Shell  y exploración de archivos genómicos
  •  Fundamentos en genómica y transcriptómica
  •  Extracción de información en secuencia genómicas y transcriptómicas de las        bases de    datos públicas
  •  Manipulación de datos NGS.
La estudiante Estefanía Jiménez Forigua expresó que la temática del curo no hace parte de su currículo académico, por lo cual “es una oportunidad muy interesante de profundización y aplicación del conocimiento aprendido a mi línea de investigación que es etnobotánica (disciplina que estudia las relaciones entre el hombre y las plantas), relacionado con el tema de genómica que es uno de los más interesantes para mí”.
Por otra parte, los encargados del proceso de formación fueron la docente Andrea González Muñoz, bióloga de la Universidad de Caldas y Magíster en Ciencias-Biología de la Universidad Nacional de Colombia; Andrés Felipe Quintero Moreno, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Ciencias-Biología; Jeanneth Mosquera Rendón, ingeniera Biológica de la Universidad Nacional de Colombia, Magíster en Biología de la Universidad de Antioquia y Catalina Alvarez Yela, Ingeniera Biológica, Magíster en Ingeniería Química de la Universidad de los Andes.
De igual forma, estuvo presente el docente a cargo del área de Genética y Biología Molecular de la Universidad de la Amazonia, Alejandro Reyes Bermúdez, quien afirmó que “nuestra Universidad ha estado trabajando en biología molecular desde hace 20 o 30 años y esta fue una oportunidad para que los estudiantes conocieran nuevas metodologías y examinaran cuál es el desarrollo de la ciencia actual en el mundo”
Bermúdez también dijo que “para que los estudiantes amplíen sus capacidades es necesario que visiten lugares como este (Centro de Bioinformática y Biología Computacional de Colombia - BIOS) donde se está realizando ciencia de punta”
Con las herramientas suministradas en el curso, se pretende que los estudiantes desarrollen proyectos de investigación y de pasantía o tesis de grado que les permita incursionar en escenarios prácticos para desarrollar dichas iniciativas.
Por ejemplo, Maicol Parra Olarte, estudiante del curso, cuya línea de  investigación está orientada a la herpetología (rama de la zoología que estudia a los reptiles y anfibios), está desarrollando un macro proyecto con la diversidad de herpetos en todas las reservas naturales del Caquetá para su tesis de grado.  Parra Olarte afirmó que “por medio de biología molecular y las herramientas aprendidas en el curso, será posible estudiar los anfibios por medio de extracción de ADN, lograr entender cómo se lleva a cabo dicho proceso, pues era un tema desconocido para mí. Ahora tengo un enfoque y puedo realizar un trabajo asociado con genes a la metamorfosis de las ranas”
Finalmente, el estudiante añadió que la metodología del curso “fue excelente. De una manera muy profesional nos enfocaron en nuestras líneas de investigación. Estos temas no son fáciles, pero de una manera práctica y sencilla los logramos entender”  


FUENTE: Centro de Bioinformatica y Biología Computacional (BIOS)

sábado, noviembre 26, 2016

“Las farmacéuticas impiden el desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer”

El padre de la bioinformática explica cómo la computación puede ayudar a comprender la complejidad de cada tumor y buscar tratamientos especializados
Los grandes proyectos de secuenciación del genoma del cáncer iniciados hace una década han demostrado que cada tipo de tumor es tan diferente de otro a nivel genético y molecular que parecen enfermedades distintas. Esa heterogeneidad también se da dentro de cada paciente, una célula de un tumor puede ser muy distinta de la de al lado. Y toda esta variabilidad genética puede explicar por qué unas personas (y células) responden a los tratamientos oncológicos y otras no.
“Con tanta complejidad, sólo utilizando ordenadores se podrá resolver el problema”, explica Fátima Al-Shahrour, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Al-Shahrour es especialista en bioinformática, una disciplina en expansión que mezcla el poder de cálculo de los ordenadores actuales con herramientas prestadas de las matemáticas y la estadística para analizar la inmensidad del Big Data genético del cáncer. Al-Shahrour ha sido una de las organizadoras de un congreso internacional del CNIO y La Fundación La Caixa que se ha centrado en cómo entender y combatir la heterogeneidad del cáncer gracias a la bioinformática.
"Tenemos que encontrar la forma de hacer ensayos clínicos alternativos, financiados con dinero público"
Chris Sander, uno de los padres de esta disciplina, ha sido la estrella del congreso. Es investigador del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston (EEUU) y uno de los líderes del Atlas del Genoma del Cáncer, un consorcio estadounidense que ha estudiado las variaciones genómicas de 30 tipos de tumores en 20.000 personas. “Esta base de datos nos abre ahora la visión a los detalles microscópicos de lo que sucede cuando hay un cáncer”, resalta Sander. Físico teórico, se pasó a la biomedicina hace más de cuatro décadas. Sander ha dearrollado algortimos capaces de resolver problemas de biología que se le resistían a los mayores superordenadores del mundo y creado unidades de bioinformática en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular y el Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering de Nueva York. En esta entrevista explica cómo la bioinformática puede ayudar a encontrar nuevas terapias combinadas más efectivas y asequibles.
Pregunta. ¿Qué le diría a una persona con cáncer sobre cómo la bioinformática puede mejorar los tratamientos?
Respuesta. Por ejemplo, hemos demostrado que hay tumores cerebrales que parecen muy similares, pero cuando los analizas desde el punto de vista molecular y genético resulta que cada persona tiene un tumor diferente. Es la heterogeneidad del cáncer, lo que implica que cada uno necesitará una terapia diferente. Nosotros podemos relacionar el paisaje complejo de cada tumor y el número de drogas disponibles para encontrar la combinación correcta. Inicialmente lo vamos a estudiar en ensayos clínicos con pacientes y después comenzará a hacerse en los hospitales, como terapia.
P. Usted defiende que los pacientes también pueden tener un papel más activo en la lucha contra el cáncer
"Mi petición a los pacientes es que que dejen captar su información de salud a través de sus teléfonos inteligentes"
R. Sí. Por ahora el poder de la genómica en el cáncer son los más de 60.000 tumores analizados a nivel de genética molecular. Esa es la montaña de datos que tenemos. Lo que nos falta es una información equiparable sobre personas. Esa información está bloqueada en los hospitales y es incompleta. Tenemos que trabajar para estructurarla bien, publicarla y compartirla, de forma que podamos pasar de una montaña de datos genéticos a otra de datos de salud personales, historias médicas, estilos de vida, etc. Mi petición a los pacientes es que trabajen con la comunidad de ingenieros informáticos, los geeks, y que les dejen captar su información de salud a través de sus teléfonos inteligentes, de forma que podamos obtener esa información directamente de ellos. Esto ya está pasando, hay programas pilotos en marcha.
P. ¿Debe la gente preocuparse porque se expongan sus datos de salud?
R. Deberíamos crear un derecho constitucional de cada persona a la propiedad sobre su información genómica y de salud. Una vez tengas ese derecho podrás guardarte los datos solo para ti o compartirlos. Hay gente con un cáncer muy agresivo que quiere compartir sus datos mientras estén vivos porque esperan ayudar a otras personas conectadas, igual que en Facebook. Si conseguimos proteger ese derecho, creamos la libertad de compartir información. Y si lo hacemos bien, tendremos una base de datos extremadamente poderosa. Podremos multiplicar por 10 o por 100 los beneficios que ya permite la bioinformática en el tratamiento de tumores.
"A Trump le llamo basura [dump]"
P. ¿Los ordenadores también pueden encontrar nuevos usos a fármacos ya existentes?
R. Sí. Especialmente con las llamadas terapias combinadas, cuando usas varias drogas juntas para combatir tumores que son resistentes a un fármaco. Una derivada de esto es que puedes evitar usar los fármacos más caros, de digamos unos 200.000 euros, y sustituirlos por una combinación de otros ya aprobados mucho más baratos. Este reposicionamiento ofrece una enorme oportunidad. Pero las grandes farmacéuticas se oponen. Han hecho grandes contribuciones para curar el cáncer, pero no están interesadas en hacer ensayos clínicos si no tienen la oportunidad de sacar un montón de dinero. Si una combinación contiene un medicamento barato, las grandes farmacéuticas no harán el ensayo porque no aumentará sus beneficios. Por eso tenemos que encontrar la forma de hacer ensayos clínicos alternativos, financiados con dinero público. Es un problema social y político, pero hay la oportunidad de aportar un enorme beneficio a los pacientes con cáncer si hacemos ensayos públicos, por ejemplo sobre tumores muy especializados que no les interesan a las grandes compañías.
P. ¿Así que las grandes farmacéuticas se oponen al desarrollo de nuevos tratamientos?
"Estamos permitiendo que haya muertes por cáncer totalmente innecesarias"
R. Sí. Están poniendo el foco en una sección demasiado pequeña, debemos ampliar las miras.
P. ¿Cuándo llegarán las terapias mejoradas gracias a la bioinformática?
R. Ya. Es parte del sistema global de desarrollo de nuevas terapias. Por ejemplo, considera el melanoma, una enfermedad mortífera y muy rápida. Los nuevos ensayos clínicos de inmunoterapia han tenido una tasa de éxito de entre el 40% y el 50% dos años después del tratamiento, es decir, hay gente que potencialmente se ha curado o al menos no se morirá de melanoma. Es un logro rompedor. No se desprende directamente de la bioinformática, pero esta está ayudando a mejorar los resultados relacionando los tratamientos con el perfil genético de la gente y mostrando quién puede responder mejor.
P. ¿Cómo cree que afectará la victoria de Donald Trump a la ciencia en EE UU?
R. Yo le llamo basura [dump, en inglés], por razones obvias. Hace 77 años ya vimos dónde llevan ciertos movimientos políticos. Creo que ese es el mayor riesgo. Alguno de los políticos que han ganado las elecciones han negado la base científica del cambio climático, incluso en sus filas cuestionan la evolución. Si esa enemistad a la ciencia se traduce en recortes, habrá un problema en la investigación del cáncer. Como científicos debemos alzar al voz para que no haya un nuevo movimiento anticientífico.
P. ¿La medicina personalizada podría incrementar la desigualdad en algo tan importante como la salud?
R. Hay un problema sin resolver. Si quisiéramos reducir las muertes por cáncer en el mundo con una sola acción, esa sería una campaña mundial contra el tabaco y a favor de cambios en la dieta y los hábitos de vida. En una conferencia científica reciente en Singapur hubo una ponencia de Phillip Morris, una de las empresas del cáncer, que aseguraban estar haciendo investigación positiva en biología de sistemas. Cuando miré de qué se trataba, estaban desarrollando nuevos cigarrillos un poquito menos peligrosos ¡y los presentaban como si fuera ciencia! Como seres humanos estamos permitiendo que haya muertes por cáncer totalmente innecesarias y deberíamos pararlo. A no ser que solucionemos estos problemas sociales, la ciencia no podrá cambiar las cosas.

viernes, noviembre 25, 2016

Compuestos del chontaduro prevendrían alzhéimer y otras enfermedades

De la pulpa del chontaduro se obtienen carotenoides, pigmentos orgánicos que pueden ser útiles en la quimioterapia y en la prevención de enfermedades cardiovasculares y degenerativas como el alzhéimer.


Para optimizar el proceso de extracción en tiempo, costo y eficacia, Jairo Alonso Velásquez-García, estudiante de pregrado en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, combinó dos tecnologías emergentes: el pretratamiento por ultrasonido y la extracción por dióxido de carbono supercrítico.

En su trabajo investigativo el estudiante estuvo acompañado de Deivis Gutiérrez, estudiante de maestría en Ingeniería Agroindustrial, y de los profesores Hugo Martínez y Margarita Andrade de la Facultad de Ingeniería y Administración de la misma Sede.

Entre los carotenoides que se extraen se destacan el betacaroteno –precursor de Vitamina A que beneficia el sistema inmune y la visión– y el gamma caroteno, que contribuye a la quimioprotección y a la prevención de enfermedades cardiacas.

Para combinar las tecnologías emergentes, los chontaduros se lavan, desinfectan y cocinan para separar el mesocarpio (la pulpa), y luego se secan y muelen para obtener harina.

Después se hace el pretratamiento por ultrasonido, fase en la que se da la cavitación, procedimiento mediante el cual se van formando burbujas dentro de las células hasta que estas explotan y liberan su contenido.

Los académicos encontraron que este proceso favorece la funcionalidad del extracto obtenido y disminuye el tiempo de la extracción en un 37 %, por lo cual se gasta menos dinero en solventes.

En seguida se lleva a cabo la extracción de los compuestos benéficos con dióxido de carbono supercrítico, fase también más económica y que no genera residuos contaminantes.

“Todavía algunos investigadores usan solventes orgánicos mientras aquí se están usando dos tecnologías emergentes para hacer una extracción más eficiente. Son métodos que ya se han aplicado por separado, pero nunca se habían combinado para ver su efecto sinérgico”, comenta el estudiante Velásquez-García.

En desarrollo del estudio también se encontró que los extractos benéficos del chontaduro pierden sus propiedades en un 70 % si se exponen a temperatura ambiente y a la luz. De ahí que los investigadores llamaron la atención sobre el uso potencial de los compuestos bioactivos del chontaduro (extractos benéficos) para extender la vida útil de productos como la mantequilla y el yogur, dado que estos se almacenan a bajas temperaturas y se protegen de la luz.

Este trabajo ocupó el tercer lugar en el Premio Larkin a la investigación de alimentos que se llevó a cabo en Bogotá entre el 2 y el 4 de noviembre.

Los investigadores decidieron trabajar con el chontaduro del suroccidente del país porque de allí se extrae el 80 % de la producción nacional.

Esta fruta se cultiva en zonas tropicales húmedas de América, con altitudes inferiores a los 1.000 msnm, una precipitación anual de 2.000 a 5.000 mm y una temperatura promedio de 22 °C.

FUENTE UNIVERSIDAD NACIONAL

jueves, noviembre 24, 2016

Apuntes Bioinformaticos (Encuesta Internacional Clínica Eugin ) parte 3

José Ignacio Madero Cervera
Director Clínica EUGIN Colombia.


Nació en Barranquilla, es médico cirujano de la Escuela de Medicina Juan Nepomuceno Corpas de la ciudad de Bogotá.
 
Tiene posgrados en Ginecología y Obstetricia, Biología de la Reproducción Humana, Especialización y Maestría en Bioética y Genética Molecular. Además, es profesor de medicina de la Universidad del Bosque y de la Pontificia Universidad Javeriana..





En 1990 fundó Medifertil y desde diciembre de 2014 es el Director de la Clínica Eugin en Colombia.

Tiene alrededor de 72 trabajos publicados, es conferencista internacional y hace parte de 20 sociedades científicas entre ellas: Miembro Correspondiente a la Asociación Mexicana para el Estudio de la Fertilidad y la Reproducción Humana y Miembro del Comité Ejecutivo de la International Federation of Fertility Societies en el Periodo de 2004 hasta 2013. 



Fuente: Bioinformatica en Colombia / Clinica Eugin 



miércoles, noviembre 23, 2016

Una alianza entre la Gobernación de Santander y Colciencias entregará becas para posgrado a profesionales santandereanos.

La convocatoria entregará becas para maestría o doctorado a profesionales santandereanos.(Foto: Archivo/VANGUARDIALIBERAL)

Una alianza entre la Gobernación de Santander y Colciencias entregará becas para posgradoa profesionales santandereanos. Serán 58 maestrías, seis doctorados en Colombia y cinco doctorados fuera del país los que se ofertarán en la convocatoria.



Desde este 18 de noviembre y hasta el 17 de marzo de 2018 estará abierta la primera convocatoria para becas del 100% de maestrías en Colombia y de doctorados dentro o fuera del país.

Las becas, que favorecerán a 69 santandereanos, constan de un valor para sostenimiento mensual más el valor total del posgrado elegido. 

La idea de este programa es fortalecer el talento humano en los sectores apuestas del departamento: agroindustria, manufactura, biodiversidad y biotecnología, turismo, salud y energía.

Por esto, parte fundamental de la postulación consiste en presentar una propuesta de investigación en el marco de estos seis sectores, sin importar el campo o el tipo de maestria o doctorado que escoja. 

Los requisitos son sencillos:

-Haber nacido en el departamento de Santander.
-Tener título profesional
-Tener hoja de vida en el aplicativo CvLAC, el cual se encuentra disponible en el sitio web de Colciencias.
-Tener un Promedio Mínimo Acumulado del pregrado de 3,6. 
-Presentar una propuesta de investigación

Los interesados en postularse tienen que escoger el programa en una universidad acreditada por el Ministerio de Educación Nacional. Aquellos que deseen realizar su doctorado en alguna universidad del mundo, deberán escoger una institución que haga parte del Ranking de Shanghai.

Al respecto, el secretario de las TIC de Santander, Herman Ramírez Gómez, aseguró que al ser el tercer departamento más innovador de Colombia, la administración departamental se ha preocupado por seguir generando ecosistemas que potencialicen el desarrollo tecnológico y científico. "Por esto esperamos que sea exitosa esta primera convocatoria para que se genere la necesidad de abrir más becas".

Ramírez Gómez hizo énfasis en el proceso de selección será transparente por cuanto será Colciencias la entidad encargada de hacer este procedimiento."Si piensan que está amañado, que es político, tengo que aclarar que no, que realmente se reconocerán a los más pilos, a los proyectos que más le ayudarán a Santander".

Este proyecto será financiado con Recursos del Fondo de Regalías de ciencia tecnología e innovación de Santander. Serán $9 mil 400 millones los que aportará la Gobernación, que se sumarán a los $800 millones que dará el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias.

Según el gobernador de Santander, Didier Tavera, “estamos apuntando a una inversión por cerca de $10 mil millones de pesos en capital humano para que luego vuelvan aquí al departamento a aplicar todo su conocimiento en pro del desarrollo de su región”.

Los ganadores se conocerán el 19 de mayo y podrán comenzar sus estudios en el segundo semestre del 2017 o en el primer semestre del 2018.

Los interesados en aplicar a las becas pueden revisar todas las condiciones en las páginas web de la Gobernación de Santander o de Colciencias.

FUENTE: VANGUARDIA



martes, noviembre 22, 2016

Descubren que la historia genética de un linfoma predice su evolución

La investigación, que publica hoy la revista "Cancer Cell", revela en detalle la historia epigenética del linfoma, es decir, identifica su célula de origen y revela que cuanto más evoluciona el epigenoma de las células tumorales, más agresivo es el curso clínico del paciente.

Cancer / Imagen de referencia . Foto: Pixabay
Investigadores españoles han descifrado por primera vez el epigenoma del linfoma de las células del manto -un cáncer agresivo derivado de los linfocitos B, que son las células del sistema inmune que producen los anticuerpos-, y han comprobado que predice su evolución clínica.

La investigación, que publica hoy la revista "Cancer Cell", revela en detalle la historia epigenética -estudio de factores genéticos- del linfoma, es decir, identifica su célula de origen y revela que cuanto más evoluciona el epigenoma de las células tumorales, más agresivo es el curso clínico del paciente.

Los científicos, coordinados por el investigador de la Universidad de Barcelona y del equipo Mecanismos Moleculares de la Neoplasias Linfoides del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Iñaki Martín-Subero, han descubierto que la conformación tridimensional del ADN cambia en los linfomas y da lugar a la activación de genes de cáncer.

Aunque el linfoma de células del manto se considera un tipo de linfoma clínicamente agresivo, hay algunos pacientes en los que la enfermedad se manifiesta de forma leve, mientras que en otros tiene un desenlace fatal.

Las causas de esta complejidad clínica son poco conocidas, por lo que los investigadores han diseccionado cuál es el papel de la epigenética en este tipo de linfoma y no sólo han descrito con precisión la historia evolutiva de cada paciente sino que también proponen una nueva estrategia para predecir la agresividad de la enfermedad en base a su grado de evolución epigenética.

Según explicó Martín-Subero, entre los diferentes mecanismos epigenéticos, la metilación o modificación del ADN define la identidad celular e imprime en el ADN la historia evolutiva de las células.

A través del estudio de dicha metilación del ADN, los investigadores han analizado en profundidad los mecanismos que influyen en la agresividad del linfoma y han descubierto dos factores clave: su origen y grado de evolución.

Los linfomas que se derivan de linfocitos B inmaduros son más agresivos que los que se originan de linfocitos B maduros.

Sin embargo, según Martín-Subero, en su estudio "el factor más importante para explicar la agresividad clínica es el grado de evolución del tumor a partir de su célula de origen. Parece que aquellos tumores que han evolucionado mucho se han hecho más fuertes y su pronóstico es francamente adverso".

En un artículo previo del mismo grupo, publicado en la revista "Nature Genetics" el año pasado, los investigadores propusieron que tan solo una parte de las alteraciones de la metilación en las células tumorales tienen que ver con el cáncer en sí.

En este trabajo, los investigadores han ido más allá y, mediante el estudio simultáneo de varios mecanismos epigenéticos, han sacado a relucir cuáles son las regiones alteradas que juegan un papel clave en el cáncer.

Para entender estos análisis, Martín-Subero puso un ejemplo: "nos podemos imaginar el epigenoma como una orquesta que toca una melodía. La melodía es el resultado final, la expresión de los genes, y los diferentes músicos de la orquesta son los diferentes mecanismos epigenéticos".

"No se puede entender la melodía sin saber lo que hace cada músico. En este estudio hemos analizado a cada uno de los músicos de la orquesta epigenética para comprender cómo cambia la melodía en el linfoma", ha metaforizado el investigador.

El patólogo del Hospital Clínic-IDIBAPS Elías Campo, experto internacional en linfomas, auguró que "la identificación de las regiones que cambian su función en el linfoma permitirá pensar en el desarrollo de tratamientos más precisos, que se dirijan a aquellas alteraciones moleculares que transforman las células normales en células tumorales".

Este estudio se enmarca en el proyecto Blueprint financiado por la UE, que forma parte del Consorcio Internacional del Epigenoma Humano (IHEC).

Con una inversión de 30 millones de euros (32 millones de dólares), el proyecto Blueprint se encarga de generar al menos 100 epigenomas de referencia de las células sanguíneas de personas sanas y con diferentes enfermedades asociadas como leucemias, linfomas o enfermedades autoinmunes. 

FUENTE: W RADIO

lunes, noviembre 21, 2016

Vivir sano puede reducir los riesgos genéticos

Hombre trotando en Hoboken, New Jersey. Foto: Associated Press - AP - Julio Cortez

La vida saludable puede reducir de manera importante el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca incluso si los genes están en contra de uno.

Un estudio amplio encontró que la gente con el mayor riesgo heredado redujo a la mitad sus probabilidades de padecer un ataque cardíaco u otros problemas del corazón si no fumó, se alimentó bien, hizo ejercicio y se mantuvo delgada.

Lo opuesto también es verdad: En gran medida se puede echar a la basura el beneficio de tener buenos genes si se tienen hábitos no saludables.

"El ADN no es destino, y uno tiene el control", indicó el líder del estudio, el doctor Sekar Kathiresan, director de investigación genética en el Hospital General de Massachusetts. "Mucha gente asume que si su padre tuvo un ataque cardíaco se está destinado a tener un problema, pero los resultados muestran que ése no es el caso".

El estudio fue analizado el domingo en una conferencia de la Asociación Estadounidense del Corazón en Nueva Orleans y fue publicado en internet en la revista New England Journal of Medicine.

Desde hace mucho tiempo se sabe que los genes y el estilo de vida afectan el riesgo cardiaco, pero se desconoce cuánta influencia tiene cada uno, y qué tanto puede un factor contrarrestar al otro.

Los investigadores combinaron información sobre más de 55.000 personas en cuatro estudios en diferentes partes del mundo. Uno incluyó diagnóstico por imágenes para revisar la posible formación de placa en las arterias cardíacas.

A los participantes se les examinó en búsqueda de 50 génes relacionados con riesgos cardiacos y se les colocó en cinco grupos con base en cuántos de éstos tuvieron. También fueron clasificados en tres grupos correspondientes a factores de vida saludables: no ser obeso, hacer ejercicio al menos una vez a la semana, llevar una dieta saludable y no fumar. El grupo con el estilo de vida sano tenía al menos tres de estos cuatro factores; el grupo no saludable tenía uno o ninguno.

Los resultados: la gente con el mayor riesgo genético tenía casi el doble de probabilidades de desarrollar problemas cardíacos que las personas en el grupo de menor riesgo genético. Fue aproximadamente lo mismo para quienes estuvieron en el grupo con estilo de vida desfavorable con respecto al grupo favorable.

Pero la parte interesante fue la diferencia en el riesgo cuando se combinaron los factores de génes y estilo de vida.

"Si uno tiene un estilo de vida desfavorable y alto riesgo genético, el riesgo de tener un ataque cardíaco en los próximos 10 años es de 10%", pero con un buen estilo de vida, fue de sólo 5% en uno de los grupos en el estudio, señaló Kathiresan.

Cuando los investigadores miraron los resultados del diagnóstico por imágenes, los factores genéticos y de estilo de vida correspondieron a la cantidad de placa acumulada en las arterias. De nuevo, un estilo de vida saludable mitigó el daño ocasionado por génes imperfectos.

"Si la genética le ha repartido a uno unas barajas malas, ¿puede uno superar eso? La respuesta sencilla es sí", dijo Kathieresan.

FUENTE: W RADIO

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